“Todo lo que se precipita a la madurez probablemente perecerá pronto. Todo lo que se realiza con prisa será seguramente destruido con facilidad” . Ying Shaowu.
La paciencia es una virtud esencial para alcanzar grandes logros
Paciencia es lo opuesto a una receta rápida o la mentalidad de microondas, que busca soluciones instantáneas. La paciencia está casada con una mentalidad de procesos. Esto supone desarrollar una actitud de gratificación diferida: trabajar con perspectiva de largo plazo, para recoger frutos después de emprender y completar un proceso. Tener paciencia demanda reconocer que las cosas requieren un tiempo de maduración, y que no podemos acelerar y precipitar los procesos, ni obviar las leyes naturales: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” (Eclesiastés 3:1). Se necesita, pues, dar lugar a que las cosas maduren, permitiendo que transcurran de un modo natural.
El éxito, la madurez, el progreso, los logros duraderos se desarrollan diariamente, pero no en un día
No hay soluciones o recetas instantáneas (cursos, recetarios, formulas, nuevas técnicas, etc.). No basta con la genialidad y talento, se requiere de disciplina, perseverancia, arduo trabajo, enfoque en las metas y dedicación en el tiempo, para conseguir resultados significativos. Tampoco podemos saltar u omitir algunas etapas del proceso y pensar que al final obtendremos resultados óptimos y perdurables en el tiempo.
El éxito requiere consideraciones de largo plazo
En ese sentido, necesitamos curarnos de la inmediatez que busca resultados a corto plazo. La efectividad es el producto de un proceso más que de un acto. “Un hermoso logro lleva mucho tiempo e implica, en definitiva, consideraciones de toda una vida” (Ying Shaowu). Todo aquello que vale la pena cuesta un esfuerzo importante y requiere una buena dosis de trabajo, enfoque y constancia. Requiere intentar… persistir… sobreponerse al fracaso… volver a intentarlo. Requiere mentalidad de proceso, y una perspectiva de largo plazo.
El desarrollo y los logros personales y organizacionales están casados con el enfoque y la consistencia en el tiempo. No se logran resultados duraderos e importantes adoptando recetas rápidas o soluciones fáciles.
Para el éxito real no existen atajos; se requiere de enfoque y entrega a lo que se hace. Lo procesos de desarrollo y de generación de resultados importantes requieren de tiempo para que maduren.
El éxito es más un proceso que un acto. Un sembradío no se cosecha en un día. Por el contrario, requiere mucho trabajo: arar y preparar la tierra, elegir la semilla adecuada, sembrar, regar, fertilizar y cuidar, para finalmente cosechar el esperado fruto.
Para reflexionar:
- ¿Cómo puedes organizar tu vida para lograr los resultados que quieres alcanzar?
Nos gustaría conocer tu opinión sobre este tema. Si quieres compartir tus comentarios, eres bienvenido.
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Excelente