- ¿Cómo reaccionas cuando las cosas no salen según tus expectativas o la crisis toca a tu puerta?
- ¿Qué pasa contigo cuando estás bajo presión?
- ¿Cómo gestionas tus emociones cuando la adversidad crece?
Las crisis y dificultades que enfrentamos, ponen de manifiesto el tipo de carácter que tenemos.
El valor de las crisis y las adversidades
Las crisis y los problemas tienen el potencial de madurarnos / fortalecernos o menguarnos / destruirnos, dependiendo de cómo reaccionemos y los manejemos. Si nos enfocamos en las crisis y las dificultades, probablemente nos sentiremos abrumados; pero si vemos las crisis como una posibilidad / oportunidad, nos sentiremos animados y motivados a emprender / hacer. Las respuestas que demos a las crisis y problemas que enfrentamos, edifican nuestro carácter: fuerte o débil.
Ahora, las crisis tienen el potencial de permitir que salga lo mejor o lo peor de cada uno de nosotros.
Honoré de Balsac lo decía de la siguiente manera: «En las grandes crisis, el corazón se rompe o se curte”.
En todo caso es nuestra actitud ante la crisis: cómo decidimos enfrentarla, lo que marca la diferencia. Es un asunto de enfoque y perspectiva. Podemos ver las crisis y las dificultades como una tragedia, o como una oportunidad para el crecimiento; al fin y al cabo:
“Los retos son condiciones ambientales que regulan el crecimiento” (Peter Senge).
La pregunta clave es: ¿estás a punto de romperte, o a punto de germinar?
¿Piensas con pesimismo con respecto a la realidad que te rodea, o estás lleno de optimismo por las oportunidades que el entorno te presenta? ¿Te siente empoderado o te siente desempoderado al observar y tomar contacto con el entorno?
¿Cómo se forja el carácter?
Noah Webster, en su diccionario de 1828, define carácter como “estampar y gravar a través de presión”.
Es a través de enfrentar las difíciles, comprometedoras o ambiguas circunstancias de la vida, con sus presiones asociadas, que se forma el carácter.
El desarrollo del carácter siempre involucra una elección, y las circunstancias adversas, ambiguas y confrontadoras de la vida siempre proporcionan esa posibilidad de elección.
Las adversidades, las crisis y circunstancias difíciles de la vida, ponen de manifiesto tu real carácter, revelan lo que hay adentro; revelan también tus grietas y debilidades o tus fortalezas.
Las crisis no necesariamente forman tu carácter, pero la forma cómo decides enfrentarlas, la manera como reaccionas, sí edifican tu carácter: débil o fuerte, integro o con doblez, verdadero o falso. En todo caso, la forma cómo reaccionas ante las circunstancias, te permite tomar conciencia sobre el tipo de persona que eres.
Nuestras elecciones definen la forma como se moldea nuestro carácter
Cuando elegimos una opción, para bien o para mal, nos estamos definiendo, nos convertimos más en eso que hemos elegido. Hay una correlación entre nuestras elecciones y decisiones de vida y la formación de nuestro carácter.
Este es un proceso cíclico que se retroalimenta constantemente. Las elecciones afirman la persona que somos. Cuando hay consistencia en esas elecciones de vida, se instala una creencia convencional, que se manifiesta en una conducta consistente. Con cada nueva elección y exposición intencional que hacemos ante las demandas del entorno crecemos e integramos nuestro carácter.
En relación a este proceso comenta H. P. Liddop: “Lo que hagamos en alguna gran ocasión probablemente dependerá de lo que ya somos, y lo que ya somos es el resultado de los años anteriores de autodisciplina”.
En esa misma línea de pensamiento expresa Joseph L. Badaracco: “Formamos nuestro carácter en los momentos de definición porque nos comprometemos con líneas de conducta irrevocables que dan forma a nuestras identidades personales y profesionales. Revelamos algo nuevo sobre nosotros a nosotros mismos y a los demás, porque los momentos de definición descubren algo que ha estado oculto o cristalizan algo que sólo conocíamos parcialmente”.
El carácter se forja con tus elecciones y acciones diarias
Puedes decidir esforzarte por alcanzar tus metas desarrollando disciplina o ser vencido por los obstáculos que surgen; desistir ante la adversidad o perseverar hasta vencer ante una situación difícil; afrontar las consecuencias de tus errores o evadirlas; reconocer tus faltas o justificarte; mantener tu integridad o ceder ante presiones externas que comprometen tus valores y convicciones más fundamentales; doblegarte ante la verdad o mantenerte bajo el peso de ella; expresar genuinamente tus opiniones o hablar buscando la aprobación de los demás; actuar con autenticidad o esconderte bajo una fachada; sobreponerte al dolor de una pérdida o elegir anclarte en ese sufrimiento; elegir ser fiel a tu cónyuge, patrono o nación, o ceder a la tentación de la codicia, del placer y de la aprobación de otros.
!Todo es cuestión de elección!
Celebramos tu participación en esta comunidad de aprendizaje. Nos honraría conocer tu opinión sobre este tema, y que juntos podamos crecer.
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