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El valor del desarrollo de la conciencia para la efectividad personal

“La conciencia conduce a la habilidad”. John Whitmore

La madurez de la conciencia habilita para la efectividad

Su crecimiento es fundamental para el desarrollo de las habilidades, el aprendizaje y el desempeño efectivo; para capacitarse y habilitarse para la vida efectiva. Se logra maestría y dominio sólo de lo que se toma conciencia.

Dice el psicólogo Manuel Barroso:

“La efectividad es una disposición interior para hacer las cosas con la conciencia de “quién soy” y de lo “que soy capaz de hacer”. 

Eso es así porque la vida interior es el sustento de la vida que desplegamos externamente: trabajo, relaciones, emprendimientos, comportamientos, etcétera. La conciencia trae un sentido de congruencia, orden y organización que orienta hacia el crecimiento saludable. Por el contrario, la falta de ella propicia el desorden mental (entropía) en el que la energía psicológica se dispersa sin un rumbo claro o se estanca.

¿Qué es la conciencia?

Es una función integradora que, desde una visión holística, organiza, direcciona, da sentido a los conocimientos y vivencias, y permite reconocerse y experienciarse en la propia realidad interna y, como consecuencia, lograr una comprensión más completa y profunda de sí mismo, y de habilitarse para actuar con pertinencia y contextualización sobre su entorno.

Manuel Barroso la define como una inteligencia interior, de crecimiento, que nace y evoluciona con nosotros.

Funciona como una central telefónica, cuyo objetivo es organizar y priorizar las sensaciones, sentimientos, percepciones e ideas frente a lo que está sucediendo dentro y fuera del organismo, de tal modo que la persona pueda evaluarlas y actuar en consecuencia. Al estar consciente, una persona no sólo está expuesta a una sucesión continua de estímulos, sino que, a diferencia de lo que le sucede a ella misma mientras duerme o de lo que lo ocurre a las demás especies, es capaz de controlarlos y dirigir el curso de los eventos. La conciencia es, entonces, “información intencionalmente ordenada” (Mihaly Csikszentmihalyi).

Esta información intencionalmente ordenada permite una percepción y comprensión más clara, profunda y contextualizada de la información y los hechos relevantes. Sin esa comprensión de la propia interioridad: gestión emocional, talentos, vocaciones, personalidad, valores, habilidades, autoestima, necesidades, es muy difícil organizar la vida para el desempeño efectivo, es muy difícil que la vida fluya. Sin conciencia se vive en automático y rutinizado.

“Solo soy capaz de controlar aquello de lo que soy consciente. Aquello de lo que no soy consciente me controla a mí… La conciencia me capacita” (Sir John Whitmore)

Se logra dominio de lo que se hace conciencia

En todo caso, uno se apropia – instala y equipa – de lo que hace conciencia, y vive enajenado de lo que no se es consciente: uno hace suya la vida comprendiéndola y tomando conciencia de ella.

Ahora, el vivir conscientemente no es automático, más bien es una elección en cada momento de la vida: aquí y ahora. Dice Nathaneil Branden:

«Tenemos libertad de obrar en pro de la ampliación o limitación de la conciencia. Podemos aspirar a ver más o ver menos. Podemos desear saber más o no saber. Podemos vivir conscientemente, o semiconscientemente, o (para casi todos los fines prácticos) inconscientemente. Este es, en definitiva, el significado del libre albedrío».

Cómo desarrollar la conciencia

Hay dos factores que influyen altamente en su desarrollo:

Para reflexionar:

#conciencia #efectividad

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