“El propósito esencial de toda interacción de coaching es desarrollar la confianza del entrenado en sí mismo”. John Whitmore

El coach facilita en el cliente la autoconfianza o creencia de que puede hacerlo, de que cuenta con las habilidades, destrezas y competencias para enfrontar los retos y obstáculos en el camino hacia el alcance de sus objetivos.

La autoconfianza es poderosa en el ser humano para habilitarle para el cambio y empoderarle para enfocarse en el desarrollo de su potencial, y en la gestión eficaz de su desempeño. Eso es así no porque el coach pueda expresarlo del cliente como una declaración de ánimo: “yo creo que tú eres capaz de hacerlo”, sino porque éste último sea capaz de descubrir dentro de sí mismo los recursos emocionales y cognitivos para tomar decisiones acertadas, construir soluciones a sus problemas o generar compromiso para alcanzar sus objetivos.

La autoconfianza que se experimenta derivada del sentido de valía y competencia personal es esencial para el desarrollo del potencial y la mejora en el desempeño de las personas. John Whitmore lo dice de manera elocuente:

“La autoestima es fundamental para la manifestación del potencial y el desempeño”.

 ¿Cómo facilita el coach el desarrollo de la autoconfianza en el cliente?

Toma de conciencia de los talentos, recursos y oportunidades

La autoconfianza se consolida en la medida que el cliente se hace consciente de los talentos, habilidades, recursos, opciones y oportunidades con que cuenta para gestionarse. Por eso en el coaching es tan importante la autoexploración de los recursos con que cuenta del cliente para crear sus propias soluciones como respuesta a sus problemas y necesidades, así como el emprendimiento de planes de acción orientados a la consecución de las metas.

Compromiso a través de la acción focalizada

La autoconfianza se afianza en la medida que el cliente emprende acciones en función de los nuevos autodescubrimientos y cambios de perspectivas, y comienza a experimentar resultados positivos. Una forma, entonces, de generar autoconfianza es el compromiso con la acción que adquiere el cliente.

La acción es una de las mejores curas contra la falta de confianza. Mientras el cliente se estacione en la inacción, la duda y la vacilación, no podrá generar confianza en sus capacidades para vencer los obstáculos. Por eso el coach favorece el desarrollo de un plan de acción. Si no hay acción, no hay resultados y, en consecuencia, se hace difícil desarrollar autoconfianza. La autoconfianza es como un músculo que se desarrolla cuando se ejercita.

Uno de los frutos de una sesión de coaching es el compromiso y la determinación (voluntad) que adquiere el cliente, de emprender acciones concretas para alcanzar sus objetivos.

Es probable que cuando la persona emprenda acciones específicas en pro de sus metas, comience a experimentar obstáculos, pero también comience a experimentar crecimiento y éxitos tempranos (los primeros frutos).

La acción en sí misma ya genera un fruto en la persona en término de crecimiento – desarrollo de habilidades, destrezas, y sentido de competencia y eficacia personal – independientemente de los resultados obtenidos en un momento determinado en el camino al logro de los objetivos.

El verdadero éxito es crecimiento. El éxito es convertirse en una mejor persona (más consciente y segura de sí misma).

El coach promueve una cultura de éxito en el cliente

El éxito es uno de los paradigmas que el coaching trata de posicionar en la mente del cliente, lo cual no significa negar los fallos en el camino, sino desarrollar un enfoque tenaz al logro del éxito – motivación al logro – a pesar de los obstáculos y traspiés. No se trata de propiciar una ingenua actitud triunfalista a ultranza, sino de promover un sentido de competencia y eficacia propia. Esto demanda crear una cultura del éxito: enfoque en los resultados y visión optimista de la vida. Al respecto comenta John Whitmore:

“Un coaching que no dé como resultado el éxito – incluyendo el reconocimiento del mismo por parte de la persona – sólo ocasionará una reducción en el nivel de autoestima de la persona”.

Y agrega el mencionado autor: “La confianza en sí mismo se demuestra cuando tomamos decisiones y medidas de éxito y reconocemos toda nuestra responsabilidad en ambas”. El cliente necesita reconocer ese éxito como una consecuencia de su esfuerzo y enfoque.

También necesita experimentar el reconocimiento de otras personas; que otros crean en ellos, “lo que significa sentirse digno de confianza, aceptado, alentado y apoyado para escoger sus preferencias y tomar sus propias decisiones” (John Whitmore). Por eso es tan importante el estímulo, respeto, apoyo, aceptación, elogio auténtico y reconocimiento que el coach provee al cliente por esos éxitos tempranos, y en general como persona; eso reafirma la confianza del coachee en sí mismo y fortalece su autoestima.

El coach necesita desarrollar la capacidad de edificar a su cliente.

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