El liderazgo en esencia no puede enseñarse, pero si puede aprenderse.

Esto implica un proceso que requiere enfoque e intencionalidad de quien quiere crecer en liderazgo. Este proceso requiere desarrollar y crecer en carácter, y aprender un conjunto de habilidades y prácticas que todos pueden observar, entender y aprender.

Todas las competencias para el liderazgo se pueden aprender y desarrollar, al fin y al cabo, el liderazgo, aunque algunas personas nacen con condiciones para serlo, se va desarrollando en la medida que se empieza a jugar el rol, a actuar el papel, sobre todo si la persona tiene la intencionalidad de crecer como líder. Así el líder comienza a cambiar sus comportamientos, sus hábitos, sus paradigmas, y la forma de gestionar sus emociones; y luego el uso continuado de éstos, genera cambios profundos en su vida y, en consecuencia, en la vida de las personas de su entorno.

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