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Cómo desarrollar autodisciplina

El éxito es simplemente la aplicación diaria de la disciplina. Bruce Lee.

Sin disciplina el talento y la genialidad no son suficientes para tener éxito en lo que se emprende. Sin disciplina es muy difícil mantener en el tiempo un esfuerzo hasta lograr resultados. Sin disciplina no hay crecimiento.

La disciplina es hacer lo necesario que se requiere hacer, aun cuando no estemos motivados a hacerlo. No siempre estaremos motivado al logro, por lo tanto, necesitamos aprender a ser disciplinados.

La autodisciplina como dominio propio es la capacidad de sujetar los impulsos y reacciones, gestionando las emociones y los comportamientos. Implica desarrollar la voluntad de sobreponerse a la comodidad de ir con las disposiciones y tendencias naturales (autolimitarse), para provecho propio y de los demás.

El dominio propio es esencial para autorregularse emocionalmente, adquirir o cambiar hábitos, enfocarse en un objetivo hasta alcanzarlo, desarrollar habilidades y destrezas y, en general, desarrollar los cambios necesarios para crecer y avanzar en los emprendimientos envisionados.

La autodisciplina es esencial para aprender

Pero la autodisciplina, también, es esencial para aprender. No olvidemos que disciplina proviene de “discipulus”, derivada a su vez de la contracción de “discere”, aprender, y de “pello”, impulsar. Así, pues, disciplina es “lo que impulsa a aprender”. Más que la idea de sujetarse, es impulsarse y saber organizarse para aprender. El aprendizaje es un pilar esencial para el dominio personal.

La autodisciplina es crucial para mantener el dominio de nuestra vida

Sin autodisciplina no se puede establecer y mantener un rumbo que guíe a la seguridad y estabilidad, y sin estos elementos es muy difícil consolidar un ritmo productivo que facilite el desarrollo del potencial propio.

La autodisciplina constituye la esencia de la autonomía personal que permite guiarnos en la vida por razones distintas a factores externos, sino consiguiendo los agentes causales de la conducta en nuestro interior, lo que nos deja con la percepción de que controlamos nuestra vida, más que el azar, el destino, o personas y circunstancias externas. Desde esta perspectiva, una persona con autodisciplina no es controlada desde afuera, ni gobernada por sus pasiones. En este sentido, la autodisciplina es el camino de la conquista de la libertad de elección.

Desarrollando disciplina personal

Para lograr autodisciplina no basta con hacer acopio de la voluntad (la voluntad tiene límites). Algunas sugerencias útiles para desarrollar autodominio son:

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