La ilusión de estar liderando
Los focos cumplen su cometido, le enfocan, las luces le iluminan y el escenario lo pone en escena por encima de los demás. Todo preparado para liderar, comunicar y ser el referente que todos esperan. Un ser infalible lleno de capacidad, elocuencia e inspiración; casi sobrenatural. Comparte desde la experiencia, la sapiencia y las habilidades formidables y, todos embelesados, escuchamos y aprendemos mucho.
Esta es la visión que tienen algunos líderes de lo que es liderar. Un personaje sacado de una película de Disney Channel o Marvel, que nunca se despeina, es carismático, simpático, inteligente, invencible, que está más allá del bien y el mal. Es, en una palabra, invulnerable: infalible e inerrable. Sin grietas y debilidades. Esa es la imagen que nos venden muchos líderes de sí mismos, y que se promociona en las series de superhéroes, y en las grandes novelas épicas. Pero un personaje así no existe; es irreal y pura ficción.
Qué es un líder vulnerable
Un líder que se relaciona con sus colaboradores de la forma descrita en los párrafos anteriores es un líder desconectado de su gente. Para lograr una conexión real, el líder requiere practicar la vulnerabilidad. Para un líder la vulnerabilidad tiene que ver con la capacidad de exponerse y abrirse a la gente, como consecuencia de ser auténtico.
La vulnerabilidad le gana al líder la accesibilidad de la gente hacia Él, requisito indispensable para influir y ser relevante a la gente. Al ser vulnerable el líder atrae a la gente hacía sí mismo. La vulnerabilidad produce accesibilidad.
Desde el plano etimológico, la vulnerabilidad viene del término latino vulnus, que puede traducirse como “herida”; y la partícula abilis, que es equivalente a “que puede”; y finalmente el sufijo dad, que es indicativo de “cualidad”. De ahí que vulnerabilidad queda definida como “la cualidad que tiene alguien para poder ser herido”.
El liderazgo demanda contexto relacional
No hay forma de liderar sin ser profundamente relacional con la gente que lideramos. Y no hay forma de ser verdaderamente relacional, sin ser vulnerables. El líder es tan fuerte como fuertes son sus relaciones. Por eso el líder necesita optar intencionalmente por la vulnerabilidad, como una vía para facilitar el acercamiento de la gente a él. El acercamiento y la intimidad abren las puertas para que la comunicación del líder haga el mayor impacto.
La vulnerabilidad esconde un poder
Hay líderes que ejercen desde la protección de su imagen, priorizando el estatus. Lideran desde el poder, el carisma, más centrados en sí mismos que en la gente; carentes de autenticidad, humildad y vulnerabilidad, por lo tanto, generan baja confianza y accesibilidad en sus seguidores. La razón es que confunden vulnerabilidad con debilidad (inseguridad, incompetencia, ineficacia, blandura, fragilidad) . Vulnerabilidad y debilidad no son la misma cosa: La debilidad está asociada a incapacidad y carencia. La vulnerabilidad tiene que ver con humildad, accesibilidad y autenticidad. La vulnerabilidad está infravalorada (subvalorada). La vulnerabilidad de un líder es parte de su fuerza. La vulnerabilidad es coraje.
Pero escondido detrás de la vulnerabilidad está el poder. La vulnerabilidad permite que la gente se pueda acercar e identificar con nosotros lo suficientemente como para que nuestro poder puede salir e impactarlos. La vulnerabilidad hace que nuestro poder esté al alcance de los demás. Por el contrario, cuando la gente nos percibe infalibles, inerrables, “perfectos”, “todopoderosos”, limitamos la posibilidad que puedan acercarse a nosotros, porque les intimidamos. Lo cierto es, como dice Henry Colud:
“Para poder generar confianza en las personas, tienes que ser lo suficientemente vulnerable como para que ellos puedan identificarse contigo de modo que no seas tan distinto que parezcas un extraterrestre. Y tienes que ser lo suficientemente fuerte para que ellos sepan que pueden depender de ti”.
Ahora, para ser vulnerable se necesita una fuerte autoestima, como para mostrarse tal cual es, sin que eso le cree vergüenza. Muchos líderes asumen un manto de invencibilidad e invulnerabilidad porque para eso se requiere una autoestima desarrollada.
La gente hoy más que nunca necesita líderes vulnerables y accesibles, aquellos que no usan máscaras, ni se esconden detrás de una fachada; aquellos que sin temor están dispuestos a mostrarse en profundidad tal cual son, y enseñar sus cicatrices; que le importen más las personas que protegerse más a sí mismos, y la aclamación propia, la aprobación, el reconocimiento, la fama y el qué dirán.
La vulnerabilidad en el líder se traduce en:
- Ser más abiertos emocionalmente, compartiendo con libertad sus emociones.
- Ser capaz de reconocer sus errores y fallas.
- Tomar más riesgos y manejan mejor sus temores.
- Aprender a ser más auténticos.
- Estar más accesibles a sus colaboradores.
- Mostrar apertura a dar y recibir retroalimentación.
- Solicitar y expresar la necesidad de ayuda frente a un reto.
- Decir la verdad siempre.
Finalmente, diremos que un líder invulnerable es una persona que pierde la posibilidad de experimentar verdaderamente la sanidad, porque nunca se permite que su herida sea sanada.
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