El viaje al desarrollo del carácter y del liderazgo personal.
El libro CÓMO LLEGAR A SER UN LÍDER nos presenta un modelo del proceso de formación y desarrollo del liderazgo y las competencias del líder, a través del aprendizaje sobre sí mismo, el aprovechamiento de las experiencias de vida, y su transformación en pautas para crear un estilo propio como líder. Un libro orientado a quienes están iniciando el camino del liderazgo personal, y para quienes actualmente son líderes de familias, grupos sociales, comunidades, y empresas.
El liderazgo es un recorrido, un viaje que dura toda la vida. El punto de partida de ese viaje es uno mismo. Es un viaje que invita a la autoexploración del potencial propio, el autoconocimiento y el desarrollo personal. Ese recorrido se hace de adentro hacia afuera como dirección, en un intento de conexión con uno mismo. Se extiende desde el carácter como centro de la acción hasta afectar el entorno. El liderazgo siempre es primero interno, y luego se expande concéntricamente a otros ámbitos mayores.
El carácter es la plataforma desde donde se construye la capacidad para liderar
“La calidad (cualidad, condición, atributos y madurez) de nuestro carácter marca la pauta, el estilo y la efectividad de nuestro liderazgo”. Arnoldo Arana
La tesis central del libro es que el carácter es el factor esencial para el desarrollo de la capacidad de liderazgo. En este sentido, el carácter puede ser definido como el conjunto de rasgos o cualidades propias y singulares de cada persona, y que se manifiestan en su forma particular y distintiva de ser y de actuar. Y más que el conjunto de rasgos individuales, es la forma como totalidad se funden y operan todos estos rasgos en una persona. Es el grado de unidad, armonía y sinergia de los rasgos funcionando como un todo integrado lo que define el tipo de carácter de cada persona.
Las personas crecen y avanzan hasta el límite de su carácter. El carácter es como los cimientos que soportan el resto de la estructura humana, como son el temperamento, los talentos, las habilidades y la inteligencia.
“Ningún hombre puede escalar más allá de las limitaciones de su propio carácter”. John Morley
Modelo del carácter para el desarrollo del liderazgo personal
Este proceso de desarrollo del carácter como base para el desarrollo del liderazgo se construye de adentro hacia afuera, como describiendo círculos concéntricos, empezando por el núcleo, con la decisión de construir positivamente el carácter, haciendo énfasis en el desarrollo de los componentes básicos que lo integran, trabajando con las virtudes, fortalezas y meta-habilidades esenciales, y sobre esa base, avanzar al desarrollo de las habilidades de gestión.
El esquema de progreso en el crecimiento del carácter para el desarrollo del liderazgo que proponemos es el siguiente:
El modelo del desarrollo del carácter como base para el desarrollo del liderazgo, enfatiza el fortalecimiento de los 5 componentes del carácter que proponemos.
- Valores
- Mapas, paradigmas y creencias
- Hábitos
- Gestión emocional
- Autoestima
Creemos que el desarrollo que se logre en los componentes del carácter, beneficiará y facilitará el crecimiento e instalación en muchas de las virtudes y fortalezas referidas en el modelo de carácter que planteamos. De modo que el eje central de trabajo que proponemos en este libro gira alrededor de las estrategias, enfoques, recursos, prácticas y perspectivas que presentamos en cada uno de estos componentes para lograr desarrollo y madurez de carácter.
Además, se presentan algunos desarrollos vinculados con algunas meta-habilidades que consideramos cruciales para la construcción del carácter y, por ende, del liderazgo:
- Comunicación.
- Toma de decisiones.
- Equilibrio
- Autoconocimiento
- Aprendizaje
- Enfoque y empoderamiento.
- Dominio personal o disciplina.
Proceso de desarrollo expansivo de adentro hacia afuera
Así, de forma expansiva se toma como foco principal para el cultivo del carácter, los componentes del carácter, para avanzar con el desarrollo de las meta-habilidades, y luego con las habilidades más específicas (ver gráfico demostrativo).
El modelo que proponemos permite una aproximación a la definición y descripción del carácter de una forma más precisa, detallada, operativa y contextualizada, que la simple categorización moral. Por lo tanto, este modelo define el carácter en rasgos más describibles y mesurables como las virtudes y las fortalezas, que son criterios más observables, fáciles de experimentar, y de reconocer en su adquisición y/o desarrollo. Representando la virtud la forma de ser, y las fortalezas los rasgos que constituyen la vía o camino para alcanzar las virtudes.
Esta es una propuesta sintetizada desde de la observación de las biografías de grandes líderes, la observación de la cultura de la humanidad a lo largo de la historia, la formación y la experiencia como coaches y psicoterapeutas, la experiencia y el estudio del liderazgo, el apoyo bibliográfico de autores, investigadores y estudiosos del tema, entre otras fuentes.
Educación para el desarrollo del carácter
La conclusión final es que hace falta un énfasis en trabajar y cultivar el carácter – educación para el desarrollo del carácter – que implica, por un lado, la identificación y alineación de las conductas a un sistema de valores virtuoso, que apunta al desarrollo de un buen carácter (conocer el bien y hacer el bien – sentido ético), pero integra también la dimensión de la excelencia: habilidades y hábitos para el desempeño eficaz.
La educación del carácter no es muy popular
Ahora, hablar de educación para el carácter en una cultura con rasgos hedonistas, utilitarios y donde abunda la superficialidad y la decadencia, la búsqueda del placer como actividad central en la vida, el cultivo de la imagen externa, el entretenimiento como estilo de vida y los valores superficiales, puede sonar pasado de moda y obsoleto.
Vivimos en una sociedad enfocada en la fachada, que busca más la grandeza secundaria (énfasis en la expresión y formas externas: imagen, carisma, cambios cosméticos, recetas rápidas y fáciles) que en la grandeza primaria (transformación del carácter); y en donde abunda la falsa creencia de la superioridad de las formas sobre el fondo, de la imagen sobre el carácter, de lo urgente sobre lo importante, de lo superficial sobre lo profundo, de la apariencia sobre la realidad, de lo inmediato y fugaz sobre lo permanente y de largo plazo.
La educación para el desarrollo del carácter es un proceso a largo plazo
Cultivar el carácter puede parecer una elección forzada, propia de gente estoica, pero cuando la asumimos nos quitamos una gran carga de encima, porque ganamos claridad en lo que necesitamos hacer en cada momento de nuestra vida; aprendemos a tomar decisiones sabias, actuamos con congruencia, nos sentimos coherentes y somos efectivos en lo que hacemos.
Por su puesto, por su propia naturaleza, la educación para el desarrollo del carácter, no se obtiene a través de recetas rápidas y fáciles de preparar (cursos, entrenamientos, técnicas). Exige dedicación y enfoque, disciplina, intencionalidad, claridad, compromiso, responsabilidad y conciencia.
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