“Es mucho más fácil enfocarse en resolver los problemas actuales que moldear el futuro. Es más fácil ser un analista operacional y un supervisor que ser un motivador visionario y un emprendedor”. Robert E. Quinn
Es responsabilidad del líder generar la visión y las estrategias que permitan moldear el futuro. Lo cierto es que hay mucha gente «resolviendo problemas» en la organización, pero pocas personas enfocadas en el logro de la visión. La razón es que es más fácil enfocarse en resolver problemas actuales que moldear el futuro. Pero, los líderes tienen su foco puesto en el futuro.
Los líderes tienen fascinación por el futuro
Los líderes viven con expectativas de lo que el futuro puede traer. Viven cargados de esperanzas. Viven intensamente sus visiones acerca del futuro de la organización que lideran, y constantemente están construyendo escenarios acerca de ese futuro.
Los líderes tienen la habilidad de articular visiones acerca de un futuro mejor para la organización. El líder nunca está satisfecho con el estado actual de las cosas – status quo, porque siempre está soñando con un futuro más prometedor. Al respecto comenta Marcus Buckingham:
“No estoy satisfecho. Ese es el mantra del líder. El líder nunca está satisfecho con el presente porque concibe un futuro mejor, y la fricción entre “lo que es” y “lo que podría ser” lo enciende, lo sacude, lo impulsa hacia delante. Eso es liderazgo”.
Tener una imagen positiva del futuro, es lo que le permite, pues, al líder despertar su creatividad, y ser capaz de aventurarse hacia las fronteras desconocidas. Una responsabilidad central del liderazgo es la de encontrar, describir, y darle forma, a una imagen que inspire y que estimule las ideas de la gente de lo que puede ser el futuro.
La visión: conectando el futuro con el presente
La visión, aunque es una respuesta a los problemas reales y centrales de los sistemas sociales, incluyendo los que ocurren dentro de cualquier organización, mira constantemente al futuro. Como lo expresa Manuel Barroso, la visión se amarra a las necesidades de los individuos, dentro del contexto organizacional y del negocio especifico; pero mirando al futuro.
La visión del líder no es simplemente una radiografía de los problemas y necesidades de la gente y las organizaciones, sino primordialmente la visualización de un futuro más prometedor y esperanzador. Al respecto Stephen R. Covey dice que sin visión y sin una sensación de esperanza, aceptar la realidad puede ser algo deprimente y desalentador. Y aun cuando es cierto que la visión debe estar anclada en las necesidades de la organización y sus problemas centrales. Sin embargo, no se puede quedar estacionada en el presente. El líder debe tener la capacidad de pensar y trabajar en forma prospectiva en moldear el futuro.Según Bennis y Nanus para “elegir una dirección, el líder primero tiene que desarrollar una imagen mental de un estado futuro de la organización que sea posible y deseable”.
La visión del líder: entre el aquí y el ahora… y el futuro
“El liderazgo es el proceso que permite al gerente mirar hacia el futuro, sin perder contacto con el presente”. Manuel Barroso
La visión del líder se moviliza entre el aquí y el ahora (presente) y el futuro. Se nutre de la cotidianidad, desde las necesidades percibidas y sentidas por el líder, de las demandas de la realidad en el aquí y el ahora, pero con la vista puesta en el futuro. Es un ir y venir, desde el aquí y el ahora al futuro que se proyecta, y del futuro a la realidad presente. Es tomar una mirada de largo alcance desde las alturas, y otra desde los hechos percibidos de la realidad presente. Este es un proceso reciproco, donde el aquí y el ahora proporciona los hechos y las necesidades que alimentan la visión extendida al futuro, y éste trae esperanza de una condiciones y resultados más prometedores, recompensadores y satisfactorios.
La visión de largo plazo – el futuro deseado – es una oportunidad para ejercitar la imaginación y la creatividad del líder del líder. Cuando el líder proyecta hacia el futuro, tiene la oportunidad de soñar y construir el futuro tal como a él le gustaría.
Sin la retroalimentación del aquí y el ahora, la visión de largo plazo en una utopía descontextualizada de la realidad que en un momento la inspiró. Constantemente la visión de corto y largo plazo se retroalimentan y nutren mutuamente. Quedarse anclado en el aquí y el ahora puede hacer que el líder se pierda en el bosque de la cotidianidad y la rutina, pero quedarse en el futuro puede hacer que el líder se quede varado en el país de la fantasía.
Mientras más a largo plazo y más ampliamente el líder se proyecta el futuro, tiene más oportunidades de ver el panorama más completo, aun cuando pierde de vista los detalles del día a día. En la medida que trata de tomar contacto con la realidad presente en su viaje de regreso del futuro, tiene que tener cuidado de no bajar demasiado aprisa que pierda los hechos, necesidades, restricciones y oportunidades que el propio camino le muestra.
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