La familia son los triángulos que se establecen entre padres (esposos) e hijos. Dichos triángulos nacen de una relación (contactos, vínculos) de compromiso y objetivos compartidos. Nacen de un proyecto de vida de familia, y de los vínculos genéticos, físicos y biológicos.
Como dice Manuel Barroso el triángulo es lo genético, lo esencial: los vínculos nacidos del contacto entre los padres y cada uno de los hijos. El triángulo como unidad básica de funcionamiento familiar está conformado por vínculos genéticos, físicos, biológicos, químicos y psicológicos.
Esta vinculación, esta triada (alianza) formada por los padres y los hijos es biológica, genética y almica. No puede ser alterada, a pesar del desconocimiento de padres o hijos.
Agrega Manuel Barroso: “El triángulo nace de la esencia del organismo, de las necesidades y de la información genética que los padres dispensan a los hijos. El triángulo no es un arreglo ni un modelo psicológico, ni una formalidad social: son los vínculos que transmiten información genética para el desarrollo; una unidad biológica de donde salen todos los procesos básicos para el crecimiento. Ser papá y mamá es una fuente de información biológica, química, orgánica, fisiológica, derivada del contacto. La única razón para ser padres es para conformar triángulos y desarrollarlos”.
Qué es el triángulo familiar
El triángulo es la unidad más pequeña de la relación familiar. Se inicia cuando el espermatozoide y el ovulo hacen contacto. Es una figura de fuerza de energía biológica y orgánica. Es una relación indestructible y permanente. Se rompe únicamente por el abandono y se empobrece por la falta de contacto. Cada hijo tiene su triángulo propio y exclusivo. No hay dos triángulos iguales, todos los hijos por razones de triángulos son diferentes.
El triángulo son tres o más. Cada uno compuesto por un papá, una mamá y por uno o más hijos, pero cada hijo con su propio triángulo. Y los padres tendrán que responder por cada uno de esos triángulos. Si el triángulo se cultiva, todo será orden y armonía. Si el triángulo se rompe habrá dolor, pérdida, abandono y rupturas.
Familia es una experiencia única que no se puede sustituir con ninguna otra experiencia. Esa experiencia se vive a través del triángulo familiar. Ser familia es mucho más que tener un papá y una mamá. Y ser padre (papa-mamá) es mucho más que concebir, dar a luz y vestir y calzar a un hijo. Ser familia es una experiencia humana donde intervienen un papá, una mamá y unos hijos vinculados todos por un triángulo genético a través del cual el hijo se ubica, se identifica, se vincula y se desempeña. El triángulo define, vincula y capacita de manera que nadie quede a la deriva. Ser familia es la única verdadera condición para llegar a ser plenamente humano. Es lo que va con la ecología de lo que significa desarrollo humano.
Influencia del triángulo familiar en el desarrollo de cada persona
La relación que se establece en los triángulos familiares va más allá de los apellidos y lugares de nacimiento. No importa dónde vivamos ni la relación que tengamos con nuestros padres o hijos, seguiremos siendo triangulares y es la familia querámoslo o no, lo que nos da significado e importancia.
La vida son muchos procesos biológicos, químicos, psicológicos y sociales que nacieron con el triángulo. Papá y mamá son dos personas comprometidas a darle sentido al triángulo. El triángulo no es un invento de una sociedad o cultura particular, es una pauta ecológica que merece respeto y atención.
El triángulo es la unidad más pequeña de la relación familiar
Se inicia cuando el espermatozoide y el ovulo hacen contacto. Es una figura de fuerza de energía biológica y orgánica. Es una relación indestructible y permanente. Se rompe únicamente por el abandono y se empobrece por la falta de contacto. Cada hijo tiene su triángulo propio y exclusivo. No hay dos triángulos iguales, todos los hijos por razones de triángulos son diferentes.
El triángulo es el contexto primario para generar los procesos de crecimiento en el ser humano. Mediante los vínculos que se establecen a través de los triángulos familiares los padres proveen, los hijos reciben de papá y mamá la información necesaria para el desarrollo de la vida, quedando al mismo tiempo unidos a través del triángulo, con ambas fuentes de vida y origen, y al mismo tiempo separados, y diferentes.
El triángulo es el contexto primario para generar los procesos de crecimiento en el ser humano
La familia como triángulo es un sistema organizado en el que sus miembros instalan las competencias para la vida exitosa o para la vida disfuncional, según sea la riqueza o pobreza de esos triángulos. Son los triángulos los que permiten la generación de los procesos de identidad, arraigo, vinculación, desempeño, autoestima. La experiencia del triángulo familiar representa el contexto más óptimo para el desarrollo de la personalidad del individuo. No existe una estructura más habilitante, nutridora y empoderadora para la vida como el triángulo familiar.
En este sentido, la función primordial de ser padres es triangular a los hijos, para que puedan ubicarse, identificarse, vincularse, desarrollarse y desempeñarse con efectividad.
Mediante los vínculos que se establecen a través de los triángulos familiares los padres proveen, los hijos reciben de papá y mamá la información necesaria para el desarrollo de la vida, quedando al mismo tiempo unidos a través del triángulo, con ambas fuentes de vida y origen, y al mismo tiempo separados, y diferentes.
La geometría familiar bien construida
Padres son dos. Ambos papá y mamá son importantes, ambos son necesarios, cada uno tiene una vinculación especial con el niño, cada uno es parte de un triángulo, de un contexto único en su género. Nadie puede sustituir a nadie. Nadie puede tomar el puesto de nadie, si alguien se va voluntaria o involuntariamente ese vacío nadie lo podrá llenar.
Si el triángulo está conformado y adecuadamente configurado, las miles de interacciones que tienen lugar entre los que conforman el triángulo serán sanas y efectivas, y producirán vida. Si el triángulo se empobrece, se rompe, las interrelaciones se empobrecen, se rompen. Si se cultiva, desarrolla, instalan y se asientan los mil procesos necesarios para una vida útil y plena. Si se destruye, se destruyen muchos procesos y se convierte en el sistema humano más destructivo de cuantos conocemos, un campo sembrado de paradojas, confusiones y disfuncionalidades para la negación de unos y otros. Por el contrario, cuando todos los miembros de una familia son conscientes de sus triángulos y comparten un proyecto para el desarrollo de todos, no hay mejores aliados.
El triángulo efectivo es el triángulo equilátero
Un triángulo “sano” deberá ser equilátero (con los tres lados iguales), y los dos ángulos de la base son ambos padres. ¿Qué significa esto? Varias cosas:
- La pareja está unida del mismo lado, en la base.
- Desde esa base, los dos se proyectan a los hijos.
- Ambos padres con una intensidad similar, de tal manera que cada uno, desde su ángulo muy personal y único (masculine / femenino, temperamento, historia, estilo, fortalezas y debilidades), impacte en cada hijo, evitando una relevancia o protagonismo de uno de los dos, que implica una imagen pobre del otro.
- Primero está la pareja, luego los hijos. Si la pareja está unida, se aman, trabajan por su relación, se apoyan delante de los hijos, no se contradicen, hablan en privado las desaveniencias en la educación, los hijos salen ganando, aunque no sean la prioridad.
Triángulo familiar escaleno
En muchas familias los triángulos familiares se configuran como triángulos escalenos. Esta configuración es disfuncional. Baja esta configuración los dos ángulos de la base son diferentes, lo que implica:
- Desde la base del triángulo, los dos progenitores se proyectan con diferente influencia, oportunidad (acceso) hacia los hijos.
- Los padres tienen una intensidad, posición y grado de influencia diferente, lo que le confiere más relevancia o protagonismo a uno de los dos padres, lo que implica una imagen pobre del otro.
Cuando el triángulo se construye de manera incorrecta, como triángulo escaleno, la familia opera disfuncionalmente, lo que ocasiona que:
- Uno de los padres se centra en el hijo (o en los hijos) y no en la pareja. Casi siempre lo sobreprotege. El niño capta que sus asuntos no son sus asuntos.
- El otro padre se siente “fuera”, casi sobrando, por lo menos en la relación afectiva.
- El prestigio, la autoridad, la confianza, los permisos y consejos, la protección, son buscados en uno solo de los progenitores. El otro pierde importancia, la relación se torna poco profunda.
- La imagen de ambos padres no solo es distinta – que debe serlo–, sino desigual. Por ejemplo: mamá es un ídolo, papá es casi un pelele, medio invisible.
- El hijo empieza a tratar al miembro de la pareja desplazado como lo trata el “desplazador”.
- El padre que se siente excluido de la relación no sabe cómo recuperar sus derechos sobre la pareja y sobre su hijo. Se torna inseguro, distante y conflictivo. Sus necesidades de afecto, reconocimiento, autoridad, identidad, inclusión, no están satisfechas, y esto sale a flote una y otra vez. Parece que nadie sabe el porqué. Parece que el problemático, el que sobra, es él. Pero la realidad camuflada es que el triángulo ha sido mal estructurado. ¿Y quién pierde? Todos pierden: los hijos, los padres.
#triangulofamiliar #padres #hijos #familia
Agradecemos tu apoyo para difundir estos temas que creemos son útiles para el desarrollo personal. Puedes darle click en los iconos de las redes sociales, o puedes recomendar esta lectura. También nos gustaría conocer tu opinión.