“El 90% de todos los fallos del liderazgo son fallos de carácter”. Stephen Covey

El buen carácter del líder, es como un buen sistema inmunológico para el organismo, lo protege de muchos males (influencia, tentaciones, peligros); lo mantiene integro, y lo posiciona como confiable delante de sus seguidores. El buen carácter es como un sistema de seguridad personal. El carácter protege el liderazgo, al proteger la vida interior del líder, y al evitar que el líder dañe a sus seguidores. Arnoldo Arana

La esencia del liderazgo es el carácter. Arnoldo Arana

El carácter es el talón de Aquiles (el área más vulnerable) de muchos líderes

Podemos decir que toda gran crisis personal en la vida del líder se origina en su carácter. Y es que el carácter es el área donde los líderes son más confrontados, atacados, medidos, probados y cuestionados. La gente es más tolerante y comprensiva con fallos en la ejecución o en el conocimiento, pero los fallos del carácter son penalizados muy fuertemente. Eso es así porque los títulos, el conocimiento, la experticia técnica y el carisma, no son un sustituto del carácter en el liderazgo. No hay un sustituto para el carácter en el liderazgo: en el liderazgo el carácter importa demasiado.

La reputación del líder, construida sobre el buen carácter, es insustituible para generar influencia

La reputación que se deriva de un carácter integro es un activo invaluable en el liderazgo, porque es la cualidad que más aprecian los seguidores de sus líderes; es lo que hace a los líderes personas confiables. Proverbios 22:1 dice: De más estima es el buen nombre (la buena reputación) que las muchas riquezas, la buena fama más que la plata y el oro.

Cuando un líder pierde su reputación por fallos en el carácter, se produce una bancarrota en su liderazgo. Las pérdidas por fallos de carácter son catastróficas en el liderazgo. Y una vez que se pierde la credibilidad del líder por fallos en su carácter, es muy difícil recuperarla. Al respecto comenta Thomas Paine:

“El carácter es mucho más fácil de mantenerlo que recuperarlo”.

La pérdida de la confianza para un líder por fallos de carácter es casi irrecuperable. En materia confianza en el liderazgo, ésta se desarrolla como subiendo al último piso de un rascacielos por las escaleras, pero se pierde como bajando rápidamente por un ascensor. Cuando se pierde la confianza de los seguidores es muy difícil volver a ganársela.

Los déficits de carácter son el mayor obstáculo para el desarrollo de un liderazgo efectivo. La vulnerabilidad de un líder está representada por la vulnerabilidad de su carácter. Podemos decir que los líderes que se mantienen longevos en su liderazgo, son personas que han construido un carácter fuerte, basado en principios éticos.

Ahora, cuando hablamos de fallos de carácter no nos referimos a errores, porque todos cometemos errores. Cuando hablamos de fallos de carácter, nos referimos grietas y fracturas en el carácter, que se traducen en desconexiones profundas entre los valores del líder y sus acciones.

Sin un carácter fuerte y sano la vida del líder se erosiona y derrumba

Nuestra incapacidad para edificar un carácter estable y maduro, nos sumerge en luchas y tensiones internas que sabotean nuestra efectividad en la vida profesional, laboral, social. Pero de la mano de la madurez de carácter viene la capacidad para crecer y mejorar constantemente. Acertadamente dice Joyce Mayer, refiriéndose al carácter: La estabilidad desata la habilidad.

Sin estabilidad y madurez de carácter los procesos para el desarrollo y el crecimiento no tienen continuidad, se estancan. Al carecer de estabilidad, careceremos también del ambiente interno, la fuerza interior necesaria para desarrollar las destrezas y habilidades que determinan el éxito. Al respecto John Morley escribió:

“Ningún hombre puede escalar más allá de las limitaciones de su propio carácter”.

El buen carácter del líder es el factor más buscado por los seguidores

La integridad, la congruencia personal son los atributos que más buscan los seguidores en sus líderes. La integridad, la congruencia personal son la base de la confianza. Sin esos atributos no hay confianza, sin confianza no hay influencia, y sin esta última no hay liderazgo.

Numerosos estudios concuerdan en que la característica o cualidad más buscada por los seguidores en los líderes, es la integridad, la congruencia, la honestidad, la autenticidad (que sean honrados y fieles a sus convicciones). Uno de estos estudios es el realizado por los autores e investigadores James M. Kouzes y Barry Z. Posner, quienes, durante un período de cinco años, investigaron las percepciones que los seguidores tenían de los líderes. Les preguntaron a más de 10.000 gerentes en toda la nación norteamericana, provenientes de empresas públicas y privadas, que les dijeran qué buscaban o admiraban en sus líderes. Los resultados de estas encuestas han sido sorprendentes en su regularidad, destacando la honradez como la cualidad más buscada.

El carácter es la base de la confianza de los seguidores en el líder

El carácter de un líder que comunica congruencia, integridad, entereza, verdad y probidad, genera confianza y compromiso en los seguidores. Ni el talento, ni la inteligencia, ni las habilidades gerenciales, ni el carisma o la educación son sustitutos del carácter para liderar.

El carácter íntegro es básico para la creación de un ambiente de confianza y seguridad, y la creación de una resonancia positiva en los seguidores, requisitos indispensables para lograr la adhesión de los seguidores al líder, y para la buena marcha de un negocio o institución.

La educación y el cultivo del carácter en el liderazgo, no es muy popular

El problema es que vivimos en una cultura con rasgos hedonistas, utilitarios y donde abunda la superficialidad y la decadencia, la búsqueda del placer como actividad central en la vida, el cultivo de la imagen externa, el entretenimiento como estilo de vida y los valores superficiales.

Vivimos en una sociedad enfocada en la fachada, que busca más la grandeza secundaria (énfasis en la expresión y formas externas: imagen, carisma, cambios cosméticos, recetas rápidas y fáciles) que en la grandeza primaria (transformación del carácter).

Es por eso que el paradigma del desarrollo del carácter resulta pesado e impensable para muchos líderes; luce como largo y laborioso, además de anticuado; pero el camino más corto y fácil no, generalmente, es el más exitoso. Los resultados de corrupción, violación del sentido ético y falta de integridad, desenfreno, falta de asunción de responsabilidad y compromiso de muchas organizaciones y personas, demuestran que la educación y el cultivo del carácter, no tiene gran vigencia en el día de hoy. Pero es de la mano del desarrollo del carácter que se desarrolla un liderazgo sano y exitoso.

¿Cómo mantiene el líder su carácter sano y fuerte?

Requiere, entre algunos aspectos:

• Reconocer las debilidades y hacer un esfuerzo valiente por corregirlas, antes que estás se hagan fuerte y dañen la propia vida y la de otros.
• Reconocer los errores cometidos y comprometerse a no volver a cometerlos.
• Asumir la responsabilidad por las decisiones. El precio de la grandeza es la responsabilidad. Winston Churchill
• Vivir en congruencia a unos valores definidos y comprometidos.
• Tomar decisiones manteniendo fidelidad a las propias convicciones y valores, evitando caer en las conveniencias, el pragmatismo y las concesiones.
• Asumir posiciones claras y firmes.
• Establecer criterios bien definidos en situaciones ambiguas.
• Cumplir compromisos a pesar de los obstáculos.
• Practicar la verdad.
• Seleccionar cuidadosamente lo que se lee y ve; cuidar con que se alimenta la mente.

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