“Fijar y comunicar expectativas adecuadas es la herramienta más importante de que dispone un directivo para impartir un impulso imperceptible en la gente que supervisa”. Andrew S. Grove
Los empleados, para ser efectivos, necesitan tener claridad sobre que se espera de ellos como contribución a la organización. Cuando esas expectativas no están claras y no son adecuadamente comunicadas por los gerentes – supervisores, el empleado carece del estándar para su desempeño.
Expectativas negociadas
Esas expectativas necesitan ser negociadas y consensuadas con el empleado, además de ser adecuadamente vendidas por el gerente, de tal manera que representen un reto y una oportunidad a la que el empleado se comprometa.
El valor de la retroalimentación
También es importante dar feedback al trabajador sobre el desempeño en un periodo evaluado, de tal manera que el empleado pueda medir hasta donde su esfuerzo y resultados alcanzados estuvieron al nivel de las expectativas que se tenía de ejecución. Esta retroalimentación permitirá al empleado reafirmar su línea de desempeño, o hacer los ajustes requeridos para adaptarse al estándar – expectativas – de trabajo que la organización tiene con respecto a él. Si esta evaluación y feedback se da periódicamente, y no una vez al año, se logra mayor efectividad.
Proveer de los recursos necesarios para desempeñarse
Otro factor clave que capitaliza el establecer expectativas claras a los empleados, es el asegurarse que ellos cuenten con los recursos (logísticos, equipos, información, etc.) necesarios para cumplir con sus funciones. El apoyo sistemático del líder (compromiso, supervisión, seguimiento, etc.) es fundamental para que los empleados alcancen dichas expectativas.
365 formar de liderar con excelencia.