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El propósito hace al líder

El liderazgo con propósito se refiere a liderar bajo un propósito. Arnoldo Arana

 El propósito hace surgir el liderazgo

Convertirse en un líder comienza con el deseo de tener una vida y una carrera con propósito. Joey Reiman 

 El liderazgo está escondido en el propósito. La clave para hacer nacer al líder que todos llevamos dentro, es encontrar el propósito de nuestra vida. El propósito es el que hace activar nuestros talentos, capacidades y habilidades (potencial) para ponerlas a trabajar al servicio de esa causa u objetivo identificado.

Cuando un propósito superior nos guía, entonces asciende y acelera exponencialmente nuestro potencial de liderazgo. Un propósito superior eleva la calidad de nuestros valores y de nuestros pensamientos, afirma nuestra autoestima y enaltece el concepto que tenemos de nosotros mismos.

El liderazgo no puede nacer ni se sostiene sin un propósito, como tampoco se sostiene el crecimiento sin un propósito de vida. Cuando tenemos un gran propósito, entonces, tenemos un gran deseo por crecer; por desarrollar todo nuestro potencial, por activar todos nuestros talentos, capacidades y habilidades, por ejercer liderazgo, a fin de ponerlos a trabajar al servicio del propósito definido.

El propósito mueve a liderar

El propósito nos mueve a liderar, y mientras mayor es el propósito, mayor es la urgencia de liderar. Cuando se tiene una razón de suficiente peso, un gran para qué, entonces, el liderazgo se convierte en un vehículo de expresión del yo de la persona, que la direcciona y energiza para avanzar en pos del propósito identificado. En ese sentido, el propósito actúa como una brújula que guía al líder, y también como un motor que le energiza. El propósito le da sentido a lo que el líder es y hace.

El propósito crea al líder porque provee una razón de ser y una asignación para la vida

El propósito se convierte en un filtro a través del cual el líder ve sus compromisos, evalúa y le encuentra significado a sus acciones, y experimenta satisfacción en lo que hace. Entonces el rol y las acciones del líder (tareas, responsabilidades, etc.) tienen un sentido, porque se integran como un componente importante de su existencia y se alinea a su realización como persona. Ese filtro permite también enfocarse en las oportunidades que se alinean al propósito.

Cuando desarrollamos un sentido de propósito más allá de nuestro interés y beneficio personal, éste se extiende como área de influencia, por la capacidad de impacto que tiene para añadir valor a otros, y ese propósito se convierte en un camino para la construcción del liderazgo.

Impacto del propósito personal del líder en la organización

Todo líder al momento de establecer un propósito firme en su organización, debe ser capaz de detectar y definir un objetivo personal que le sirva de guía.

 Los líderes efectivos incorporan el propósito en su liderazgo. Esto significa comunicar constantemente la importancia de la misión y cómo cada miembro del equipo contribuye a ella.

Ese propósito se define cuando el líder pueda responderse: ¿Qué me apasiona (motiva)? ¿Qué quiero hacer o llegar a ser? ¿En qué área quiero marcar una diferencia? En otras palabras, ¿cuál es el propósito de mi vida? Si no se consiguen respuestas para esas preguntas, es probable con el desempeño del líder esté guiado por conveniencias personales, por el deseo de desarrollarse en una organización, por utilitarismo o pragmatismo.

Resultaría paradójico observar a un líder pretendiendo liderar e inspirar un propósito en otros, encaminar a sus seguidores hacia una visión organizacional, si no tiene su propia definición de visión y propósito de vida. En tales condiciones cómo podrá liderar, inspirar e impulsar a otros. Un líder sin un propósito no es un líder.

Los lí­deres con claridad de propósito personal dirigen mejor a las organizaciones, ya que su claridad de propósito les sirve de guía para contribuir al cumplimiento del propósito de la organización. Más aún, cuando, desde esa claridad de propósito, percibe armonía entre su propósito personal y el de la organización que lidera. Esa es la situación ideal para liderar a una organización, porque, como dice Joey Reiman: El líder impulsado por un propósito pone el propósito en primer lugar.

Los líderes, pues, necesitan tener un propósito de vida claro y poder acoplarlo con las necesidades de su organización y de sus colaboradores. Esto parece obvio, pero es todo un reto para los líderes de las organizaciones. The Business School of Harvard encontró en un estudio que menos del 20% de los lí­deres tienen claro cuál es su propósito; casi ninguno pudo definir su propósito en una frase concreta. El estudio argumenta que los líderes tienen clara la misión de su organización, pero no su propósito de vida.

Para el líder, pues, su propósito de vida se convierte en el propósito de su liderazgo

La esencia del liderazgo es influenciar, de modo que cuando su propósito de vida se expresa a través de su rol de líder, se traduce en un propósito trascedente que afecta la vida de otras personas. Adicionalmente, los líderes con propósito inspiran propósitos en otros. La pasión por el propósito es contagiosa e inspiradora.

Por otra parte, la función más importante de un líder es administrar el propósito de la organización que lidera. En otras palabras, guiar a la organización a que responda las preguntas clave acerca de cómo se define y para qué existe (función inspiracional).

En todo caso, todo lí­der debe establecer un propósito claro y firme en su organización y debe definir y desarrollar un propósito personal (que se alinee con su decisión de participar y hacer vida en esa organización) que le sirva de guía y como marco de referencia para sus actuaciones.

Tener un propósito claro y definido es esencial para lograr efectividad personal. El propósito actúa favorablemente en dos dimensiones: (a) dirección (brújula) y (b) energía (motor). Provee dirección para avanzar en la vida con seguridad, enfoque y sentido estratégico, y energía para moverse con motivación y pasión.

El propósito, además, trae un sentido de orden y certidumbre que contribuye a menguar los niveles de ambigüedad e incertidumbre, sobre todo en estos ambientes cambiantes y complejos de estos tiempos. Por otra parte, el propósito es esencial para desarrollar liderazgo, tanto hacia dentro (liderazgo intrapersonal) como hacia afuera (liderazgo interpersonal). El propósito le da sentido a lo que el líder es y hace. Los líderes con claridad de propósito se dirigen mejor a sí mismos, y a las organizaciones que lideran.

Empezar con un fin en mente

Para liderar con propósito se requiere tener un fin en mente al accionar en el liderazgo. Eso implica tener una clara comprensión de hacia donde se quiere ir, saber hacia dónde se está yendo. Esto demanda responsabilidad y proactividad.

Administrar el propósito

Para administrar el propósito de la organización, definirlo y que cobre vida, los líderes requieren:

  1. Ser claro en cuanto a su propósito. Para que el propósito organizacional tenga éxito, los propios líderes primero deben tener claro qué los motiva a ellos y a las personas que los rodean. El propósito del líder puede que no está alineado con el de la organización, y lo mismo puede pasar con la gente que se lidera. Sin ese conocimiento, no se puede ayudar a los demás a conectar sus propósitos con los de la organización y proporcionar una dirección y motivación común para todos los miembros de la organización. El propósito debe estar muy bien definido en su alcance, para comprender las acciones requeridas de medio y largo plazo. Para este fin el necesita crecer en autoconocimiento; adquirir conciencia propia. Y desde ese lugar de conciencia tomar contacto con sus valores, necesidades, talentos, habilidades. En línea con esto, ¿cuáles son tus talentos dominantes, tus necesidades identificadas, etc.?
  1. Ser claro con su papel. El papel clave de un líder es crear energía e impulso, especialmente cuando las circunstancias no marchan bien. Es para ayudar a los demás a ver las posibilidades y el potencial, creando dirección, energía, inspiración y esperanza. El líder es un facilitador y habilitador. De manera más general, el papel del líder es crear el entorno adecuado para que otros prosperen en apoyo del propósito de la organización.
  2. Tener claro a quien sirve. Un elemento fundamental del liderazgo es tener claro a quién sirve en su puesto, tanto en tiempos buenos como difíciles. El líder sirve a la gente de la organización, a los clientes. El líder sirve a otros, y no a sí mismo. Sirve a las personas que lo rodean, entendiendo primero lo que necesitan para dar lo mejor de sí y que pueda hacer todo lo posible para apoyarlos.
  3.  Impulsarse por valores. Estar impulsado por los valores haciendo lo correcto, no solo sabiendo o diciendo qué es correcto. El papel de un líder es vivir de acuerdo con estos valores, promoverlos explícitamente y asegurarse de que forman parte del tejido de la organización. Pero para impulsarse a través de unos valores, primero debe descubrirlos, concienciarlos, asumirlos y comprometerse con ellos. En ese sentido, ¿cuáles son tus valores más profundos? ¿Qué principios guían tu vida?
  4. Ser auténtico. Ser uno mismo, su verdadero yo, la mejor versión de uno mismo. Ser vulnerable. Esto también aplica al propósito de la organización. El propósito organizacional debe ser auténtico y la gente en la organización necesita percibirlo como tal.
  5. Hacer aflorar la motivación. ¿Qué te motiva? ¿Cómo puedes equilibrar tus motivaciones internas con las demandas y expectativas de tu entorno? Administrar el propósito demanda activar la pasión interna por el propósito.

Alineando el propósito a una vida integrada

¿Cómo puedes integrar todas las áreas de tu vida (personal, familiar, profesional, social…) y sentirte realizado?

El propósito funciona mejor cuando transcurre a través de una vida integrada. Cuando están claros los puntos que conectan cada una de las áreas (trabajo, salud, familia, vida social – espiritual, finanzas, etc.) y roles vitales (trabajador, padre – madre, esposo – esposa, miembro de una comunidad, etc.) del líder

El propósito no debe ser solo una declaración pegada en las paredes o impresa en los manuales de la organización; debe ser el corazón de la cultura organizacional; la razón de por qué se hacen las cosas en la organización. Cuando el propósito impregna cada aspecto de la organización, se convierte en una fuerza poderosa que impulsa el logro de los resultados planificados.

¿Hasta dónde llega el alcance de tu propósito como líder?

Hay tres dimensiones que son útiles al platearse el propósito personal y como líder.

Algunas preguntas que el líder necesita hacerse y responder:

 Para reflexionar:

 ¿Cómo te sientes administrando tu propio propósito como líder y el de la organización que lideras?

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