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Liderar con el ejemplo: el mensaje silencioso que transforma

El liderazgo auténtico no se predica, se practica.

La coherencia inspira más que cualquier discurso 

El liderazgo comienza donde las palabras coinciden con las acciones.

En el mundo organizacional, los líderes están siempre bajo observación. No importa tanto lo que dicen, sino lo que hacen. La coherencia entre valores, decisiones y comportamientos genera credibilidad y confianza. Un estudio del Leadership Quarterly Journal (Walumbwa et al., 2008) demostró que el liderazgo auténtico —basado en la integridad y la transparencia— tiene una relación directa con la motivación y el compromiso de los equipos. Un líder que exige puntualidad pero llega tarde, o que promueve el respeto pero descalifica a otros, pierde autoridad moral, aunque tenga poder jerárquico.

El ejemplo es el estándar invisible de la cultura 

Lo que el líder tolera o modela, se normaliza en la organización.

Según Edgar Schein, experto en cultura organizacional, los líderes son los principales modeladores de la cultura empresarial. Con sus actos cotidianos, indican lo que realmente importa. Si un líder asume la responsabilidad de los errores, promueve la mejora continua y celebra el trabajo en equipo, sus colaboradores lo replicarán. Pero si opera desde el miedo o la doble moral, ese patrón se multiplicará. El ejemplo del líder es un mensaje silencioso que condiciona el comportamiento organizacional más que cualquier manual de valores.

Liderar desde el ser, no solo desde el rol 

El líder más influyente es aquel que se alinea consigo mismo.

Liderar con el ejemplo implica autoliderazgo: ser el primero en exigirse, crecer y transformarse. James Kouzes y Barry Posner, en su investigación sobre prácticas de liderazgo (The Leadership Challenge), afirman que “los líderes efectivos modelan el camino”. Esto significa que, si deseas una organización ética, innovadora o resiliente, tú debes ser el primero en actuar con ética, creatividad y fortaleza interior.

Un metaanálisis de Judge et al. (2004) publicado en Journal of Applied Psychology muestra que los líderes percibidos como auténticos y congruentes tienen mayor impacto en el desempeño y satisfacción del equipo. Liderar con el ejemplo implica encarnar los valores corporativos, no exigir desde la distancia, sino desde el ejemplo personal: ser el primero en rendir cuentas, aprender, adaptarse y colaborar.

Conclusión: 

El liderazgo ejemplar no se trata de perfección, sino de integridad. Implica asumir el reto de ser un referente viviente de los valores que se predican. Las organizaciones no cambian por decretos, sino por líderes que encarnan el cambio que quieren ver. Cuando lideras con el ejemplo, tu presencia se convierte en dirección, y tu conducta, en inspiración.

Test de Autoevaluación: ¿Lidero con el ejemplo? 

Instrucciones: Marca tu nivel de acuerdo con cada afirmación, de 1 (nunca) a 5 (siempre).

Ítem Afirmación
1 Cumplo con lo que exijo a los demás.
2 Admito mis errores y asumo la responsabilidad de mis decisiones.
3 Actúo con respeto, aun en situaciones tensas o difíciles.
4 Soy puntual y cumplo con los compromisos que asumo.
5 Trato a todos con equidad, independientemente del nivel jerárquico.
6 Promuevo los valores de la organización con mi comportamiento diario.
7 Reconozco que mis acciones tienen impacto en la cultura del equipo.
8 Me esfuerzo por ser un referente ético en mi entorno laboral.
9 Escucho y aprendo activamente, incluso cuando recibo críticas.
10 Me esfuerzo por vivir lo que enseño y enseñar lo que vivo.

Interpretación de resultados (total sobre 50):

41–50: Liderazgo ejemplar. Tu conducta genera impacto e inspiración.

31–40: Buen nivel de congruencia, con espacios claros de fortalecimiento.

21–30: Atención: tu mensaje podría estar desalineado con tus actos.

Menos de 20: Tu rol de liderazgo requiere reconexión con los valores que deseas transmitir.

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