¿Cómo cambiar de actitud?

Arnoldo Arana

Doctorado en Consejería de la Universidad Rhema en Jacksonville, Florida – USA. Maestría en Gerencia de Empresa y Lcdo. en Contaduría Pública. Coach certificado por la ICF. Psicoterapeuta. Escritor y conferencista en liderazgo, coaching y vida familiar.
1 mayo 2020

La actitud es una “disposición de ánimo que se manifiesta”. Es una pastura ante la vida, una disposición mental estable (predisposición), aprendida y organizada mediante la experiencia, y que genera un impulso o motivación a la acción.

La actitud puede definirse como una predisposición evaluativa global a responder de forma consistente de una manera favorable o desfavorable con respecto a un objeto determinado. No son una disposición transitoria. Actúan como especie de evaluadores o filtros perdurables de las situaciones, objetos y personas. Es un estado genérico o forma de permanecer, de ser y estar en el mundo, con fuerte contenido emocional.

Cambiar de actitud no es tarea sencilla, sobre todo porque la actitud encierra componentes emocionales (sentimientos asociados de agrado o desagrado hacia el objeto de la actitud), cognitivos (la creencia – percepción hacia el objeto de la actitud) y comportamentales (disposiciones a la acción). Esto quiere decir que cuando manifestamos determinada actitud no solo expresamos un comportamiento, sino que detrás de esa conducta existe un pensamiento y un sentimiento que nos hacen sentir relativamente cómodos y seguros.

Nuestras actitudes se apoyan en nuestro sistema de creencias

La actitud está determinada en buena medida por la manera de pensar

No se cambian las actitudes atacando directamente la actitud, sino cambiando la información que alimenta los pensamientos de la persona, para producir un cambio de mentalidad. Para cambiar la actitud se requiere cambiar la manera de pensar: mapas, paradigmas, creencias.

Podemos cambiar nuestras actitudes o aprender nuevas actitudes

Las actitudes son aprendidas, y como tales se pueden desaprender, para re-aprender nuevas actitudes. Sin embargo, no basta como predican muchos libros de auto-ayuda, con repetirse frases positivas tipo cliché, o desarrollar 5 o 10 pasos para cambiar de actitud. Esos libros te dicen que tienes que cambiar, pero aportan poco al cómo hacerlo.

Mentalidad fija y mentalidad de crecimiento

Un esquema útil para evaluar el cambio de actitud es la propuesta de la psicóloga Carol Dweck (Universidad de Stanford) sobre mentalidad fija y de crecimiento. Sostiene que el tipo de riesgo que se asume y el esfuerzo realizado proceden de un tipo de mentalidad. Las personas con mentalidad de crecimiento tienen una actitud positiva hacia el reto y el esfuerzo y, viceversa, en el caso de la mentalidad fija. El tipo de mentalidad influye en el tipo de actitud que se adopta como postura ante la vida.

El tipo de mentalidad afecta cómo se asumen los fracasos, cómo se persevera o no en un emprendimiento, cuanto esfuerzo se invierte para lograr un objetivo, etc.; vale decir, que actitud se asume con postura.

  • La persona con mentalidad fija cree que las cualidades personales son inamovibles. Este tipo de mentalidad crea resistencia a cambiar, dada su baja flexibilidad y adaptabilidad.
  • La mentalidad de crecimiento se basa en que las cualidades básicas son algo que se puede cultivar con el esfuerzo. Parte de la premisa que todo el mundo puede crecer por medio de la dedicación y la experiencia, considerando, por supuesto, el temperamento, aptitudes y talentos propios de cada quien. La mentalidad de crecimiento no pone límites al desarrollo del potencial de la persona, y está orientada al aprendizaje. Una mentalidad de crecimiento crea apertura a crecer y cambiar. Las personas con una mentalidad de crecimiento aceptan retrocesos, no bajan los brazos frente a los problemas, y mantienen una actitud positiva. Saben que el error y el fracaso son momentos del recorrido. Son más tolerantes para manejar la frustración. Esto influye en el desarrollo de una actitud más positiva y optimista de la vida.

Para reflexionar:

  • ¿Con qué actitud comienzas cada día de tu vida y trabajo?
  • ¿Cuál es el tipo de programación con el que diariamente alimentas tu mente?
  • ¿Te percibes con mentalidad de crecimiento o mentalidad fija?

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Arnoldo Arana

Doctorado en Consejería de la Universidad Rhema en Jacksonville, Florida – USA. Maestría en Gerencia de Empresa y Lcdo. en Contaduría Pública. Coach certificado por la ICF. Psicoterapeuta. Escritor y conferencista en liderazgo, coaching y vida familiar.

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