El cambio real opera de adentro hacia afuera

Arnoldo Arana

Doctorado en Consejería de la Universidad Rhema en Jacksonville, Florida – USA. Maestría en Gerencia de Empresa y Lcdo. en Contaduría Pública. Coach certificado por la ICF. Psicoterapeuta. Escritor y conferencista en liderazgo, coaching y vida familiar.
4 mayo 2020

La visión solo puede ser clara cuando uno puede mirarse el corazón. El que mira hacia afuera, sueña; el que mira hacia adentro, despierta”. Carl Jung

¿De adentro hacia afuera, o de afuera hacia adentro?

Mucho del enfoque para generar cambios favorables en el entorno enfatiza el cambio de las condiciones externas al individuo. Se piensa que si se cambian los sistemas, las estructuras, la tecnología y los procesos, la realidad cambiará. Pero la realidad es que todo cambio se inicia con quien lo propicia.

Nada cambia sin transformación personal. W. Edwards Deming

Esa es una verdad que he aprendido tanto por experiencia personal, como en mi rol de terapeuta y coach de vida. El cambio real se genera desde el interior de la persona y se extiende al exterior.

El cambio que uno haga de sí mismo es una llave poderosa de transformación general y del entorno. Con el cambio propio se inicia el camino que conduce a otros objetivos: relaciones, emprendimientos, metas personales, entorno. Un hombre que se ha podido transformar a sí mismo, tiene el poder de cambiar su entorno y de alterar el mundo en el que vive.

Los cambios se inician e instalan de adentro hacia afuera, desde el interior de la persona

Por lo tanto, la gerencia del cambio, comienza por la gerencia de sí mismo; por el ordenamiento y reconfiguración de la propia vida (hábitos, comportamientos, gestión emocional, autoestima, etc.); por el fortalecimiento de la conciencia propia, por la confianza en los recursos internos, y por la asunción de la responsabilidad por los cambios que se precisan realizar para optimar la vida y el desempeño.

Ética de la personalidad vs ética del carácter

Pero aun poniendo el foco hacia adentro, podemos observar dos dimensiones posibles de enfoque, como dinámicas de cambio. El autor S. Covey identifica esas dos áreas como: ética de la personalidad y ética del carácter.

La ética de la personalidad aun cuando pone el foco del cambio en la persona y no en el entorno, no representa un cambio muy a fondo. El énfasis de la ética de la personalidad recae en el uso de técnicas y métodos para cambiar conductas y actitudes. Este paradigma asume el crecimiento personal como una acción a corto plazo (rápida y episódica), y con énfasis en la expresión y formas externas: imagen, carisma; representa en el fondo un cambio cosmético.

La ética del carácter concibe el crecimiento personal como un proceso de maduración progresiva del carácter en el largo plazo. Bajo este paradigma no hay recetas rápidas, ni fáciles. Su énfasis principal es el carácter, e incluye la transformación de nuestra gestión emocional, el cambio de nuestra forma de pensar (creencias, mapas, paradigmas), el desarrollo de nuestra autoestima, y la congruencia con nuestros valores esenciales.

La primera, la ética de la personalidad, nos proporciona grandeza secundaria; y la segunda, la ética del carácter, nos aporta grandeza primaria. Ambas son necesarias, pero la grandeza primaria representa la gran transformación personal.

El verdadero cambio de adentro hacia afuera supone tocar la raíz del árbol y no entretenernos con las ramas y las hojas. Y la raíz está representada por el carácter; porque lo externo está determinado por lo interno. En el ser humano, todas las formas externas provienen de algún poder interno. “El poder que es interno, precede a la forma, que es externa, y no al revés” (Stephen K. McDowell). En la persona su fuerza, entereza, poder, integridad, identidad y autoestima fluyen de su carácter.

Una mirada hacia adentro facilita la toma de conciencia necesaria para mativarse a cambiar

El cambio se lidera desde el interior, cuando se desarrolla la conciencia de lo que hay que cambiar y se asume la responsabilidad por cambiar. La persona, entonces, está en capacidad de buscar adentro los recursos (talentos, habilidades, pasión, creatividad) que necesita para generar los cambios. Desde la claridad de lo que se necesita cambiar, surge también la energía, convicción, inspiración y determinación para llevar a cabo los cambios necesarios. Eso es así porque la motivación para generar los cambios necesita crearse en el interior de la persona; cuando el cambio sigue esa ruta, el compromiso para efectuar los cambios es muy alto.

Metas externas y metas de crecimiento personal

Todo emprendimiento o meta propuesta, exige transformación personal en algún área de nuestra vida.

En ocasiones cuando nos establecemos metas, ponemos el énfasis en los resultados que queremos alcanzar, pero deberíamos también establecer metas de cambio personal: comportamientos, hábitos, desarrollo de habilidades, forma de gestionar el tiempo, adquisición de conocimientos, forma de gestionarnos emocionalmente, ya que sin estos cambios es muy difícil alcanzar las metas externas.

Para reflexionar:

  • ¿En qué áreas necesitas hacer cambios personales a modo de habilitarte?
  • ¿Hábitos, actitudes y conductas, gestión emocional, administración del tiempo, autodisciplina?

#cambio #transformación #conciencia

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Arnoldo Arana

Doctorado en Consejería de la Universidad Rhema en Jacksonville, Florida – USA. Maestría en Gerencia de Empresa y Lcdo. en Contaduría Pública. Coach certificado por la ICF. Psicoterapeuta. Escritor y conferencista en liderazgo, coaching y vida familiar.

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