“Revitalizar a las personas tiene mucho menos que ver con cambiar a las personas y mucho más con cambiar el contexto donde la gente funciona”. Sumantra Ghoshal
Una manera de ejercer influencia sobre otros y sobre uno mismo es creando una cultura: normas, reglas, valores, límites, tipo de relación, etc. que modele el comportamiento de la gente. El contexto – el ambiente psicológico – es fundamental para fomentar el compromiso, la responsabilidad, el sentido de identidad y pertenencia, y la productividad de la gente.
La clave es crear las condiciones adecuadas para que la gente cobre vida; y esto no sólo tiene que ver con la estructura física, los procesos de trabajo y la tecnología, sino, sobre todo, con el ambiente psicológico (comunicación, retroalimentación, motivación, confianza, respeto, relaciones, meritocracia, etc.). Como lo expresa Mario Quintana:
El secreto no es correr detrás de las mariposas, es cuidar el jardín para que ellas vengan a ti.
Y yo le agregaría: …y que quieran vivir en el jardín, aportar al jardín, y hagan un futuro y compartan una vida en ese lugar.
Como es el ambiente, se comporta la gente
El ambiente “es una fuerza que puede preparar a las personas para que sean las mejores o para que sean las peores. La misma persona puede comportarse de maneras sorprendentemente diferentes dependiendo de la situación en la que se encuentre” (thepurposeinstitute.com).
El ambiente influye en cómo la gente se comporta. Hay un dicho que dice: Estructura modela conducta. Y cuando hablamos de estructura nos referimos a la cultura organizacional (valores, mapas, normas, tradiciones, costumbres, actitudes, vínculos, hábitos, etc.) que modela y regula, educa y forma, las actitudes y comportamientos de los miembros de una organización, dándole forma a la experiencia de ser miembro de esa organización. El contexto es modelador de creencias, mapas, actitudes y comportamientos.
Ese contexto de trabajo, interacción y vida que la organización, consciente o inconscientemente define y construye, afecta en forma importante el tipo de valores que guía a las personas, su forma de pensar, sentir y relacionarse, de ver las cosas y analizar los eventos, de establecer prioridades, solucionar problemas, desempeñarse, comunicarse, planificar, tomar decisiones, asumir responsabilidad y compromiso, ser creativo, utilizar recursos y alternativas y buscarle sentido a lo que sucede.
Diseñando la cultura organizacional
De lo que se trata es de crear una cultura organizacional – “lo que se hace” y “el cómo se hace” – que promueva el desarrollo, el aprendizaje, las relaciones sinceras, armoniosas, respetuosas y de confianza. Recordemos que la cultura organizacional puede ser una barrera o un impulso para la efectividad en el trabajo, el deseo de la gente de permanecer y aportar a la organización, la forma como las personas se relacionan, el sentido de pertenencia, el grado de responsabilidad y compromiso que se adquiere.
Si queremos transformar nuestra vida, necesitamos empezar cambiando nuestro entorno. El entorno refuerza nuestro desempeño. De modo que si diseñamos de forma deliberada el entorno en el que nos desenvolvemos, podemos aumentar nuestra productividad y cambiar y/o adquirir buenos hábitos.
¿Qué cambios en tu entorno necesitas hacer para ser más eficaz?
Define los cambios que requieres en tu ambiente de trabajo, ambiente relacional, familiar, etc., a fin de generar los cambios que requieres hacer.
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