«El secreto de la eficacia está en la concentración de los esfuerzos» (Peter Drucker).
Las metas son estructuras de apoyo para nuestro desempeño efectivo; dirigen la atención y esfuerzo hacia su concreción, energizan y aportan motivación para el logro, generan persistencia y enfoque. Las metas fuerzan a nuestra atención a enfocarse. Por el contrario, metas vagas y mal definidas impiden que las personas puedan enfocarse con precisión.
Las metas hacen que nuestras prioridades se clarifiquen, definan y jerarquicen y que nuestros esfuerzos se concentren y enfoquen. Y todo esto aporta efectividad a nuestro desempeño, haciéndonos más intencionales y motivados para alcanzar lo que nos proponemos.
Ahora, las metas no son simples deseos. Las metas no son propósitos vagos ni ambiguos. Una meta involucra el esfuerzo organizado y planificado de lo que quiere ser y alcanzar en la vida.
¿Cómo definir correctamente una meta?
Al establecer metas necesitamos, entonces, definirlas adecuadamente para poder enfocarnos en ellas y evaluar su progreso. Para tal fin, podemos usar el acróstico SMART: específica, medible, alcanzable, relevante y temporal. Eso hace que las metas se formulen con precisión y claridad, lo que ayuda a su consecución. De esta forma nuestras metas son: relevantes (importantes para nosotros), específicas (detalladas), alcanzables (factibles, realistas), limitadas en el tiempo (con fecha o período de cumplimiento) y medibles (mesurable: cantidad, calidad, etc.).
Una gran meta requiere una gran transformación personal
Sin embargo, tengamos en cuenta que sin transformación personal no se alcanzan grandes metas. Alcanzar nuestras más elevadas metas va a demandar una transformación personal, porque siendo la persona que somos en este momento no lo hará posible. Va a requerir cambiar hábitos, gestionar el tiempo en forma diferente, desarrollar nuevas habilidades y destrezas, adquirir nuevos conocimientos, cambiar y/o adoptar algunas actitudes, gestionarnos emocionalmente de forma diferente, fortalecer nuestra autoestima, etc.
Ese es el mayor reto cuando se trata de alcanzar grandes metas: Experimentar la propia transformación camino a la meta. Una gran meta siempre incluye, como requisito indispensable, la meta de la transformación personal, que eleve el nivel de desempeño, y nos coloque a la altura de la meta. El éxito es proporcional a nuestro desarrollo personal y éste, a su vez, implica trabajar en crear nuevas habilidades, conocimientos, capacidades y hábitos, etc., vale decir, experimentar una transformación personal.
Contribuyendo con el logro de las metas organizacionales
Un desafío para toda organización es lograr que sus miembros se alineen y organicen en torno a metas comunes. En un estudio que abarcó más de 150.000 trabajadores, reveló que: solo un 15% conocía las metas de su organización. De ese 15% solo el 40% sabía qué hacer para contribuir a su logro. Y solo un 9% se sentía comprometido en lograrlas. ¿En su organización todos sus miembros saben cuáles son las metas? ¿Saben todos lo que deben hacer para lograrlas? ¿Están todos comprometidos con su logro? ¿Lo están ejecutando con precisión?
Define metas que direccionen y enfoque tu vida a través del acróstico SMART. Escríbelas. Desarrolla un plan de acciones para alcanzarlas.
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