Cambiar es aprender desde la experiencia

Arnoldo Arana

Doctorado en Consejería de la Universidad Rhema en Jacksonville, Florida – USA. Maestría en Gerencia de Empresa y Lcdo. en Contaduría Pública. Coach certificado por la ICF. Psicoterapeuta. Escritor y conferencista en liderazgo, coaching y vida familiar.
8 mayo 2021

“Porque cuál es su pensamiento en su corazón (como piensa dentro de sí), tal es él” (Proverbios 23:7).

Interpretando al rey Salomón: “Como piensa un hombre, así es ese hombre”. Nos convertimos en lo que pensamos. Nuestros pensamientos nos definen. Nuestra forma de pensar modela nuestra identidad. Al respecto comenta Carl Polsan: “El hombre es a la vida, lo que la realidad es a su conocimiento”.

Nuestras actitudes, comportamientos y emociones están altamente influenciados por nuestra forma de pensar. Eso es así porque nos comportamos en congruencia con la forma en que pensamos. Detrás de los comportamientos y actitudes subyace una creencia, un mapa o un paradigma que le da sustento y justifica. Los pensamientos también influencian cómo nos sentimos.

Por lo que los mismos pensamientos conducen a las mismas elecciones; las mismas elecciones nos llevan a tener los mismos comportamientos; los mismas conductas llevan a  las mismas experiencias; las mismas experiencias, generan las mismas emociones, que sostienen los mismos pensamientos. Para romper este ciclo se requiere generar cambios en la génesis del proceso que son los pensamientos.

El verdadero cambio es cambio de mentalidad

Cambiar implica, pues, cambiar la forma de pensar. El verdadero cambio no está relacionado con los cambios de conductas y actitudes sino con los cambios en nuestras creencias, mapas – paradigmas, que son los que originan los comportamientos y las actitudes.

Si queremos generar cambios en nuestra forma de gestionarnos: trabajar, relacionarnos con otros, tomar decisiones, aprender, asumir responsabilidad, etcétera, necesitamos revisar, ajustar, contextualizar nuestras creencias, mapas y paradigmas. Todo cambio de conducta, hábitos y actitudes, va precedido de un cambio en nuestras creencias, mapas y paradigmas.

Las personas no pueden avanzar más allá de su forma de pensar: de su sistema de creencias, mapas y paradigmas. La manera en que pensamos hoy en día es parte del problema. Decía Albert Einstein:

No podemos resolver los problemas actuales en el mismo nivel de pensamiento que los creamos.

Cambiar implica vivir nuevas experiencias

Pero no basta con revisar nuestra forma de pensar, es necesario pasar a la experiencia. El verdadero cambio implica pasar de los pensamientos a la experiencia. Tomar el conocimiento y llevarlo a la experiencia; ensayar nuevas elecciones, nuevos comportamientos.

Es la experiencia la que enriquece la vida: nuestras habilidades, nuestras conexiones sinápticas, nuestra gestión emocional. No basta, pues, con cambiar la creencia, hay que vivirla en la experiencia. Es la experiencia la que genera el verdadero aprendizaje. En tal sentido decía Albert Einstein:

El aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información.

Sólo la propia y personal experiencia aporta aprendizaje. Peter Senge dice que aprender es aumentar la capacidad mediante la experiencia ganada siguiendo una disciplina.

El aprendizaje real se instala desde la experiencia. Y el cambio intencional requiere aprendizaje. Por lo tanto, se cambia cuando se aprende desde la experiencia.

Todo hacer es conocer y todo conocer es hacer. Humberto Maturana

El autor y consultor organizacional Stephen Covey dice que saber y no hacer, en realidad es no saber. Aprender y no practicar no es aprender. En otras palabras, comprender algo, pero no ponerlo en práctica, equivale a no comprenderlo. El conocimiento y la comprensión sólo se interiorizan haciendo, aplicando.

Esencialmente aprendemos haciendo; aprendemos a andar, siendo niños, andando, a ejecutar un instrumento musical, tocándolo, a comunicarnos efectivamente, ejecutando la comunicación. No hay otra forma. El aprendizaje es experiencia intencional. Es la experiencia la que perfecciona y moldea el aprendizaje transformador, como una experiencia global donde la persona aprende por medio de sus tres dimensiones (cognitiva, corporal y emocional) y no sólo desde el intelecto.

La experiencia enriquece el cerebro al hacer las conexiones sinápticas más fuertes y duraderas. Al respecto comenta el psicólogo Endel Tulving que las informaciones que obtenemos a través de la experiencia sensorial se graban más fuertemente que las que obtenemos en forma puramente intelectual.

#experiencia #aprendizaje #cambiodeparadigmas #cambiodementalidad

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Arnoldo Arana

Doctorado en Consejería de la Universidad Rhema en Jacksonville, Florida – USA. Maestría en Gerencia de Empresa y Lcdo. en Contaduría Pública. Coach certificado por la ICF. Psicoterapeuta. Escritor y conferencista en liderazgo, coaching y vida familiar.

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