“Todo cambio comienza con quien lo propicia”. Manuel Barroso

El cambio se inicia en el interior de la persona

La gestión del cambio comienza con la gerencia de sí mismo. Dice Manuel Barroso: “Todo cambio comienza con quien lo propicia”. Todo cambio es cambio de sí mismo. Los verdaderos cambios se instalan de adentro hacia afuera, desde la claridad de los procesos personales y el fortalecimiento de la vida interior. La gerencia del cambio comienza por la gerencia de sí mismo: por el ordenamiento y la reconfiguración de la propia vida (hábitos, comportamientos, mapas y paradigmas, gestión emocional, etc.).

El cambio se lidera desde el interior, cuando se desarrolla la conciencia de lo que hay que cambiar y se asume la responsabilidad por cambiar. El cambio efectivo requiere liderazgo de sí mismo. 

El cambio se gerencia desde la transformación personal

 “Nada cambia sin transformación personal” W. Edward Deming

El cambio se refiere no sólo a los procesos externos, sino también a los procesos internos. El cambio sostenible y profundo combina las variables internas (valores personales, actitudes y conductas), con variables externas (estrategias, prácticas y sistemas). No basta con cambiar las estrategias, procesos de trabajo, estructuras y sistemas; también se requiere cambiar la forma pensar, de gestionarse emocionalmente, etc. Sin el cambio interno no es posible el cambio externo. Cambiar externamente, sin cambiar internamente, lleva a la paradoja de cambiar para que nada cambie.

Todo cambio es cambio de sí mismo. Los verdaderos cambios se instalan de adentro hacia afuera; desde la transformación personal. El cambio real comienza con el cambio de la persona misma.  La primera área de atención en los procesos de cambio no es la tecnología, ni la infraestructura, ni los procesos de trabajo, sino la persona.

La motivación para el cambio es un proceso interno

Por otra parte, la motivación para cambiar ocurre de adentro hacia afuera. Los cambios personales no se ordenan desde afuera. Estrictamente hablando, nadie puede motivar el cambio en otro; este es un proceso intrínsecamente personal. Como dice el viejo adagio: “Uno puede llevar el caballo al abrevadero, pero no puede obligarle a tomar agua, si el caballo no quiere”. En todo caso, podemos estimular y crear las condiciones para que la persona decida motivarse a cambiar, pero finalmente esa es una decisión propia de cada persona.

Por lo tanto, necesitamos tomar conciencia de que necesitamos cambiar y asumir la responsabilidad por el cambio. Cuando el cambio es motivado por decisión propia y asumido con responsabilidad, entonces junto con la idea de qué se necesita cambiar, surgen también en nuestro interior, la energía, la fuerza, el compromiso y la convicción para implementarlo. El cambio nos pertenece a cada uno.

Para reflexionar:

• ¿Somos proactivos en adoptar los cambios que nuestra vida necesita, o somos obligados por el entorno a cambiar?
• ¿De dónde surge la fuerza y la energía para cambiar? ¿De nuestro interior o desde el exterior?

Celebramos tu participación en esta comunidad de aprendizaje. Nos honraría conocer tu opinión sobre este tema, y que juntos podamos crecer.

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