«La emoción sirve para facilitar la conducta apropiada a cada situación» (Darwin).
Nuestras emociones nos brindan la dirección que requerimos para actuar en cada situación, dándonos una referencia acertada de lo que nos sucede en un momento determinado, y la energía adecuada para actuar en cada situación.
Las emociones son mecanismos de adaptación y contextualización al entorno
Las emociones nos preparan para emitir una conducta y adaptarnos a las exigencias del entorno. Su función más importante es la de preparar al organismo para que ejecute eficazmente la conducta exigida por las condiciones ambientales, movilizando la energía necesaria para ello, así como dirigiendo la conducta (acercando o alejando) hacia un objetivo determinado. De esta forma facilitan el proceso de contextualización y alineación con las exigencias del entorno. Esta cualidad les confiere un papel de extraordinaria relevancia en la adaptación y supervivencia como especie.
Las emociones son mecanismos que nos ayudan en nuestra interacción con el medio ambiente, permitiendo:
- Reaccionar con rapidez ante acontecimientos inesperados y sorpresivos.
- Tomar decisiones con prontitud y seguridad.
- Comunicarnos en forma no verbal con otras personas.
Nuestro cerebro está adaptado para responder a los retos del entorno a través de las emociones
Nuestro cerebro está diseñado neurológicamente para desempeñar esa función adaptativa. En este sentido, la mente emocional es más rápida que la mente racional, y se pone en acción sin detenerse ni un instante a pensar ni reflexionar en lo que está haciendo. Esa rápida reacción sacrifica la exactitud y la precisión a favor de la velocidad. Actúa más bien con un juicio intuitivo, pero con cierta fuerza y certeza; diciéndonos en forma instantánea que nos alejemos de una situación, que seamos cautelosos, que desconfiemos de alguien, que respondamos con inmediatez ante acontecimientos urgentes, que huyamos o ataquemos, que nos pausemos o nos aceleremos, que pidamos ayuda o la ofrezcamos.
A veces nuestras decisiones tienen que ser pensadas, reflexionadas y aun consultadas; pero en ocasiones necesitamos actuar con mucha rapidez y seguridad para poder prevalecer y sobrevivir en el entorno.
La mente emocional es como un radar para percibir el peligro, el riesgo, la necesidad de apoyo, etc. El inconveniente es que estas impresiones y percepciones, en ocasiones pueden ser erróneas o falsas, aunque en muchas ocasiones terminan siendo ciertas. Esa respuesta rápida y poco precisa puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Salvado por las emociones
En una ocasión me dirigía en mi vehículo, a unos 120 kilómetros por hora, tarde en la noche, de una ciudad a otra en mi país. Había que atravesar una especie de desierto por una carretera totalmente oscura para llegar a mi destino. Mientras conducía un burro (asno) muy grande se atravesó en forma sorpresiva por la vía. Eso era común en ese trayecto. Y, entonces, como por reflejo automático giré violentamente el volante hacia la derecha, con el tiempo suficiente para esquivar al animal, para luego girar violentamente el volante a la izquierda, y así evitar voltear el vehículo que por fracciones de segundo quedó suspendido en dos ruedas. Creo que esquive al burro por centímetros. Todo eso pasó en fracciones de segundo.
Recuerdo vividamente como mi cuerpo temblaba – “estaba muerto de miedo” – y unos segundos después, tuve que detener el vehículo, porque no podía seguir manejando. Estaba en estado de conmoción emocional.
¿Qué pasó? La rápida respuesta de mi cerebro emocional me salvo la vida. Mi cerebro creó una respuesta psicofisiológica para preparar mi organismo para una rápida acción de supervivencia. Si hubiese tenido que pensar qué hacer, de seguro hubiese colisionado contra el animal.
Las emociones: una respuesta rápida, poco precisa, pero efectiva
Las emociones son nuestras reacciones inmediatas en el presente, que nos informan de aquello que es significativo para nuestro bienestar. Evalúan automáticamente las circunstancias que nos son próximas y las consecuencias de nuestras acciones, en fracciones de segundo.
Las emociones nos preparan para manejar sucesos importantes sin pensar en lo que hay que hacer.
“Con la ayuda de tus emociones reaccionas automáticamente a la comprensión que tienes de patrones de sonido, visión, olor y otras señales que informan sobre las intenciones de las personas, los peligros de una situación, de una forma que nos ha sido útil como especie…Te hablan de peligro antes de que hayas tenido tiempo de pensar. Te proporcionan información relacionada con tus reacciones ante las situaciones y te preparan para la acción adaptativa” (Leslie S. Greenberg).
Las emociones son mecanismos de adaptación indispensables en nuestra interacción con el entorno. Por lo tanto, aprender a reconocerlas y tomar conciencia de lo que sentimos en cada momento puede prevenir muchos trastornos emocionales y potencia nuestro estado de bienestar.
Personajes como el Dr. Spok de Viaje a las Estrellas, son personajes de ciencia ficción. Un personaje como el Dr. Spok en un mundo real, no tendría probabilidad de sobrevivir, al carecer de las emociones como mecanismos de adaptación y supervivencia.
Para reflexionar:
- ¿Reconoces las emociones como parte de tus competencias adaptativas para lidiar con el entorno?
- ¿Te permites tomar contacto – concienciar – tus emociones, cualesquiera que sean ellas?
Nos gustaría conocer tu opinión sobre este tema. Si quieres compartir tus comentarios, eres bienvenido.
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