Comunicación con propósito: Del Yo auténtico al Nosotros conectado

Arnoldo Arana

Doctorado en Consejería de la Universidad Rhema en Jacksonville, Florida – USA. Maestría en Gerencia de Empresa y Lcdo. en Contaduría Pública. Coach certificado por la ICF. Psicoterapeuta. Escritor y conferencista en liderazgo, coaching y vida familiar.
3 agosto 2025

En un entorno organizacional cada vez más dinámico y complejo, la comunicación efectiva no es un lujo, sino una competencia esencial para líderes y equipos. Sin embargo, más allá de técnicas, discursos y canales digitales, comunicar es un acto profundamente humano que involucra identidad, conexión y emoción. La psicóloga Nuria Moreno sostiene que estos son los tres pilares fundamentales de la comunicación auténtica: mostrar quiénes somos, conectar con los demás y emocionar al interlocutor.

Este artículo propone una reflexión práctica sobre cómo estos pilares pueden transformar la comunicación organizacional en una herramienta de liderazgo, cohesión y cambio real.

Comunicar es ser: La identidad como primer mensaje 

Nuestra comunicación empieza donde terminan las máscaras.

Toda comunicación, consciente o no, es una manifestación de identidad. No hablamos solo con palabras: nuestra postura, gestos, tono de voz y silencios revelan quiénes somos en cada interacción. En ese sentido, la autenticidad es la base sobre la cual se construye toda comunicación efectiva.

En las organizaciones, es común ver líderes atrapados en discursos formales, desconectados de su verdadero ser. Sin embargo, investigaciones como las de Goffee y Jones (2006) demuestran que los líderes más inspiradores son aquellos que comunican desde la autenticidad, no desde la perfección. Cuando la comunicación es impostada, se percibe como falsa y genera desconfianza.

¿Tus mensajes reflejan genuinamente quién eres, o intentas encajar en un molde ajeno?

Conectar para comunicar: Del monólogo al diálogo significativo 

Comunicar no es emitir, es construir un espacio común.

Comunicar eficazmente implica más que transmitir información; requiere crear un vínculo genuino con el otro. La raíz latina de “comunicar” —comunis— nos recuerda que el propósito de comunicar es hacer común una idea, un propósito, una emoción.

Según investigaciones del Center for Creative Leadership (2020), los equipos con altos niveles de conexión interpersonal tienen un desempeño superior, gracias a la confianza y apertura que se genera en la comunicación bidireccional. Ahora, la conexión no ocurre por accidente: requiere intencionalidad, escucha activa y sensibilidad para reconocer los códigos emocionales del otro.

Sin conexión, el mensaje se convierte en un monólogo vacío, incapaz de provocar una respuesta significativa.

¿Estás hablando para ser escuchado, o para crear un espacio de entendimiento compartido?

Conmover es liderar: La fuerza de la comunicación emocional 

Las ideas que transforman no solo informan, también emocionan.

Las emociones son el vehículo a través del cual las ideas se convierten en experiencias memorables. Comunicar sin emocionar es como sembrar en tierra árida: las palabras no echan raíces.

Las investigaciones de Daniel Goleman sobre Inteligencia Emocional (1995) son contundentes: los líderes que logran influir de manera efectiva no son necesariamente los más elocuentes, sino aquellos que saben movilizar emociones positivas en sus equipos.

En un contexto organizacional, comunicar desde la emoción implica compartir historias personales, mostrar vulnerabilidad, y hablar desde la experiencia vivida. Esto no solo humaniza al líder, sino que genera resonancia emocional, incrementando la motivación, el compromiso y la adhesión a un propósito común.

¿Estás transmitiendo información, o provocando una emoción que inspire acción?

Comunicación integrada: La travesía del Yo auténtico al Nosotros conectado 

La comunicación efectiva no suma personas, las une.

Cuando identidad, conexión y emoción se integran en la comunicación, se produce un fenómeno transformador: la construcción de un “nosotros coherente”. En este nivel, la comunicación deja de ser una competencia técnica para convertirse en un puente de liderazgo auténtico.

Los equipos donde los miembros pueden ser ellos mismos, conectarse con otros y compartir emociones en un entorno seguro, desarrollan lo que Amy Edmondson (2019) llama seguridad psicológica, un elemento clave para la innovación, la colaboración y la resiliencia organizacional.

La comunicación efectiva es, por tanto, un proceso de integración: de uno mismo con el mensaje, del mensaje con el otro, y de ambos en un espacio emocional compartido.

¿Tu manera de comunicar está construyendo un “nosotros” auténtico en tu equipo, o solo multiplicando monólogos individuales?

Conclusión 

La comunicación efectiva no comienza en las técnicas, sino en la autenticidad de quien comunica. Es un proceso de integración entre identidad, conexión y emoción. En el ámbito organizacional, donde las relaciones marcan la diferencia, aprender a comunicar desde estos tres pilares no es solo un acto de eficiencia comunicacional, sino de liderazgo transformador.

Las organizaciones que promuevan la autenticidad, el encuentro genuino y la resonancia emocional en sus comunicaciones, construirán equipos más sólidos, resilientes y alineados con su propósito.

 

Arnoldo Arana

Doctorado en Consejería de la Universidad Rhema en Jacksonville, Florida – USA. Maestría en Gerencia de Empresa y Lcdo. en Contaduría Pública. Coach certificado por la ICF. Psicoterapeuta. Escritor y conferencista en liderazgo, coaching y vida familiar.

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