La forma como manejamos las relaciones nos dice mucho de nuestro potencial de liderazgo (J. Oswald Sanders).

El liderazgo es un asunto de personas, no de métodos y procedimientos; de cómo influimos en las personas para el logro de propósitos. De hecho, podemos afirmar que la competencia de la comunicación es las más inherente y clave al liderazgo.

La comunicación es esencial al liderazgo

La comunicación es la habilidad más útil para construir relaciones saludables y nutritivas; pero al mismo tiempo es también el reto más grande en las relaciones humanas. Y es un factor esencial en el ejercicio del liderazgo.

La comunicación es una competencia medular para el cultivo y el éxito de la vida interpersonal e interrelacional. La comunicación es constitutiva de la vida de los seres humanos. No se puede concebir la vida interpersonal con ausencia de la comunicación. La vida de interrelación está hecha de comunicación. Y las relaciones son lo que es su comunicación, ni más ni menos.

Ahora, la comunicación es una resultante de la relación.

Tan buena es la relación, tan buena será la comunicación.

Si la relación es una relación respetuosa, llena de autenticidad, intimidad y transparencia, la comunicación será una comunicación profunda, abierta y nutritiva, y viceversa.

En ese sentido, nuestro liderazgo es tan bueno como buenas son nuestras relaciones con nuestros colaboradores. Los líderes efectivos son aquellos que construyen relaciones fuertes con aquellos que lideran.

Por otra parte, la comunicación es catalizadora y soporte para el desarrollo de otras competencias fundamentales para la buena marcha de las relaciones entre los seres humanos, como son: la capacidad para gestionar conflictos, la destreza para negociar y llegar a acuerdos, la capacidad para contextualizarse, la habilidad para definir y establecer límites, etc.

Auditoria de la gestión de nuestras relaciones

Si queremos en algún momento evaluar nuestro liderazgo, deberíamos poner como premisa central, el cómo gestionamos las relaciones. En este sentido podemos preguntarnos:

• ¿Cómo te llevas con la gente?
• ¿Le agregas valor a la gente que lideras al pasar por sus vidas? ¿Las enriqueces?
• ¿Cómo te recuerdan las personas que hicieron negocios o trabajaron contigo? ¿Te recomendarían?
• ¿Tienes amigos que te aprecian?

Preguntas relevantes para evaluar el nivel de las relaciones

R.E. Thompson sugiere algunas preguntas relevantes que los líderes necesitan hacerse:

• ¿Te molestan o desafían los fracasos de los demás?
• ¿Usas o cultivas a las personas?
• ¿Diriges o desarrollas a la gente?
• ¿Criticas o motivas?
• ¿Tratas de esquivar o de encontrar a la persona que tiene una necesidad o problema especial?

Preguntas clave para evaluar el nivel de las relaciones

Yo le agregaría otras preguntas clave:

• ¿Te identificas con las necesidades de las personas que lideras?
• ¿Estás genuinamente interesado en la gente con la cual trabajas?
• ¿Cuidas la forma como te comunicas con tu gente?
• ¿Las personas que trabajan contigo se sienten cómodas y relajadas al interactuar contigo?
• ¿Eres capaz de empatizar con tu gente?
• ¿Confía la gente en ti cuando hay situaciones difíciles y complejas?
• ¿Creas resonancia en tu gente, o por el contrario disonancia?
• ¿Estableces con tu gente acuerdos y negociones ganar – ganar?
• ¿Dependes del reconocimiento de otros para sentirse motivado y continuar con tu rol?
• ¿Amas a tu gente?

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