El liderazgo efectivo se trata de relación y no de posición

Arnoldo Arana

Doctorado en Consejería de la Universidad Rhema en Jacksonville, Florida – USA. Maestría en Gerencia de Empresa y Lcdo. en Contaduría Pública. Coach certificado por la ICF. Psicoterapeuta. Escritor y conferencista en liderazgo, coaching y vida familiar.
1 abril 2021

La forma como manejamos las relaciones nos dice mucho de nuestro potencial de liderazgo (J. Oswald Sanders).

El liderazgo es un asunto de personas

El liderazgo es el proceso de influir en las personas, a fin de trabajar para alcanzar objetivos comunes. El liderazgo es más un asunto de personas, que de administrar recursos, normas y procesos (los cuales no están excluidos del campo del liderazgo).

El liderazgo es la capacidad de construir relaciones nutritivas. El liderazgo es un asunto de personas, no de métodos y procedimientos, sino de cómo influimos en las personas para el logro de propósitos. Y la influencia del líder es tan fuerte como fuerte y sólida es la relación que mantiene con sus seguidores. De hecho, podemos afirmar que la competencia relacional es las más inherente y clave al liderazgo.

El liderazgo, pues, es una forma de relacionarse. El liderazgo es sólo eso: una relación entre dos partes en la que a una de ellas le confiere a la otra la capacidad de acompañarla, influirla y/o guiarla por un camino.

Tan fuerte son nuestras relaciones, tan fuerte es nuestro liderazgo. Esto implica trabajar para construir los cimientos que edifican una relación saludable y efectiva:  confianza como base de la conexión líder-seguidor, propiciar el trabajo en equipo, crear respeto, conciliar las diferencias individuales, definir límites, comunicarse con asertividad, entre otros.

El liderazgo tiene mucho que ver con la capacidad de gestionar las relaciones

El líder no sólo gerencia la tecnología, los sistemas, y los procesos de trabajo (producción, ventas, finanzas, etc.); gerencia, fundamentalmente, lo humano, vale decir, las necesidades, sentimientos, expectativas, deseos, interacciones personales, procesos de desarrollo y formación de la gente. Esa es la batalla por lo humano en las organizaciones, más allá de las estructuras burocráticas; ese es el lado humano de la gestión, tal como dice Thomas Teal:

“Gestionar no consiste en una serie de tareas mecánicas sino más bien en un conjunto de interacciones humanas”. Porque en las organizaciones hay necesidades, hay sentimientos, hay frustraciones, hay conflictos, hay posturas encontradas. No prestarles atención a estos elementos, es negar una realidad que está allí presente.

Manuel Barroso comenta en referencia a esto:

“Un líder tiene que tener tiempo para sí y para los suyos, para los contenidos y los procesos, para las necesidades y todo lo que tiene que ver con educar: tutorar, orientar, dar apoyo y sobre todo hacer que el desarrollo sea una realidad”.

El liderazgo se vincula a las necesidades de la gente

Como el liderazgo es asunto de personas, y las personas tienen necesidades que requieren ser satisfechas, el liderazgo tiene, entonces, que vincularse a las necesidades de las personas. Las acciones de líder deben ser pertinentes a las necesidades (físicas, de seguridad, de autorrealización, etc.) de sus seguidores. La gente no se interesa en el líder, mayormente, por sus grandes cualidades, sino porque evidencia que las acciones del líder son relevantes a la satisfacción de sus necesidades. De allí la importancia que reviste la comprensión que tiene el líder de lo que motiva a sus seguidores y la forma en que operan esas motivaciones.

Por ser el liderazgo un asunto de personas, la acción de liderar demanda contacto personal con las necesidades, expectativas, sueños de los seguidores. La gente no lo seguirá sino percibe que usted está realmente interesado en ellas.

¿Cómo evaluar nuestro liderazgo?

Si queremos en algún momento evaluar nuestro liderazgo, deberíamos poner como premisa central, el cómo gestionamos las relaciones. En este sentido, podemos autocoacharnos y preguntarnos:

  • ¿Cómo me llevo con la gente?
  • ¿Le agrego valor a la gente que lidero al pasar por sus vidas?
  • ¿Las enriquezco?
  • ¿Cómo me recuerdan las personas que hicieron negocios o trabajaron conmigo?
  • ¿Me recomendarían?
  • ¿Tengo amigos que me aprecian?

#liderazgo #relación

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Arnoldo Arana

Doctorado en Consejería de la Universidad Rhema en Jacksonville, Florida – USA. Maestría en Gerencia de Empresa y Lcdo. en Contaduría Pública. Coach certificado por la ICF. Psicoterapeuta. Escritor y conferencista en liderazgo, coaching y vida familiar.

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