“El futuro pertenece a quienes se preparan para afrontarlo. La resiliencia organizacional es un esfuerzo continuo para lograr la fuerza holística sobre la cual basar el éxito empresarial” (Howard Kerr)
La resiliencia organizacional es la adaptación del término resiliencia al enfoque gerencial – administrativo de la organización. “Es la capacidad de una organización de absorber choques e impactos profundos sin perder la capacidad de cumplir su misión” (Sampedro). Esto supone la capacidad de una organización para anticipar, prever, prepararse, responder y adaptarse al cambio del entorno, a veces, repentinos, amenazantes y volátiles, y superarlos y prosperar. Una organización resiliente es aquella que no sólo sobrevive a largo plazo, sino que también se fortalece pasando la prueba del tiempo.
Es la capacidad de una organización para absorber, adaptar y afrontar los cambios que el entorno le impone, y aun conservar su funcionalidad en medio de crisis, turbulencias, tensiones y obstáculos. Los cambios que se presentan como crisis pueden paralizar, inhibir, o bloquear la funcionalidad de un sistema, generando incapacidad para hacer frente a las demandas de la realidad.
La resiliencia organizacional es un proceso
No es una acción puntual o es un ejercicio único, sino que se logra con el tiempo y a largo plazo. Dominar la resiliencia organizacional requiere la adopción de hábitos de excelencia y mejores prácticas para ofrecer mejoras en los negocios mediante la creación de competencia y capacidad en todos los aspectos de una organización, como vía para mantenerse relevante y competitiva.
Es más una habilidad o un proceso que un resultado. Es un proceso de adaptación positiva en entornos adversos y desfavorables, en lugar de una característica estable. No es una estrategia o herramienta a la que recurrir cuando se presenten las crisis; surge más bien de un conjunto de prácticas organizacionales, que a lo largo de años han permitido construir habilidades de afrontamiento.
Cómo construir resiliencia organizacional
No es la simple capacidad de recuperarse ante los embates y crisis, sino también la capacidad de anticiparse, contextualizarse y continuamente adaptarse a los cambios tendenciales que el entorno impone, lo cual demanda trabajar con los factores de protección:
- Adaptabilidad estratégica para gestionar las circunstancias cambiantes. Flexibilidad y adaptabilidad ante el cambio
- Capacidad para mantenerse contextualizado
- Liderazgo ágil y adaptativo y de apoyo. Liderazgo compartido. Liderazgo resonante
- Manejo de la ambigüedad e incertidumbre
- Desarrollo de inteligencia emocional
- Capacidad de construir relaciones y alianzas de apoyo
- Fortaleza de carácter de la gente: autoestima, valores personales, entereza personal, congruencia.
- Fortalecimiento de la cultura organizacional: valores, hábitos de efectividad, trabajo en equipo…
- Sistemas de comunicación efectivos
- Proceso de rendición de cuentas efectivo
- Establecimiento de objetivos y metas compartidos
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