Qué es la actitud positiva

Arnoldo Arana

Doctorado en Consejería de la Universidad Rhema en Jacksonville, Florida – USA. Maestría en Gerencia de Empresa y Lcdo. en Contaduría Pública. Coach certificado por la ICF. Psicoterapeuta. Escritor y conferencista en liderazgo, coaching y vida familiar.
12 abril 2020

“Las actitudes son más importantes que los hechos. Dr. Karl Menniger.

William James acotaba: “El gran descubrimiento de mi generación es que los seres humanos pueden alterar sus vidas al modificar las actitudes de su mente”.

La actitud positiva: La mejor elección cada día

Las palabras jamás pueden transmitir de un modo adecuado la importancia que tienen las actitudes en nuestra vida, relaciones y desempeño. La actitud con que asumes la vida cada día es la decisión más importante que puede tomar cada mañana al levantarte. Alguien dijo alguna vez que lo importante no es lo que nos sucede, sino la actitud con que respondemos ante ello; cómo reaccionamos ante las circunstancias es lo que marca la diferencia. Tu actitud influencia tus acciones y éstas tus resultados.

Tener una actitud positiva y entusiasta implica vivir con una expectación optimista de la vida; es esperar los mejores resultados; es ver posibilidades y beneficios en todas las cosas que nos acontecen.

Actitud positiva: más que simples frases y clichés

La actitud positiva no se trata de simples frases, tipo cliché, a veces ingenuas, que usted se repite para convencerse de algo o para negar o distraerse de la realidad que está viviendo. Por más que usted se repita frases “alentadoras”: soy el mejor, todo lo puedo, etcétera, la situación no va a cambiar como por arte de magia. De hecho, la actitud positiva no va hacer desaparecer los obstáculos reales de su vida; pero ya es parte de la respuesta de solución a los problemas. Tener una correcta actitud optimista no hace desaparecer los problemas, pero si nos coloca en el mejor estado mental para enfrentar las dificultades y desafíos de la vida. Dice S. Covey: “La actitud adecuada permite que nuestra respuesta este al nivel del desafío que nos toca enfrentar”.

La actitud positiva ayuda a su mente a pensar libremente, haciendo que las ideas y soluciones surjan a la superficie. Por el contrario, una actitud negativa produce un entorpecimiento y sofoca la creatividad. Dice David Schwartz: “Cuando la mente no cree, atrae las razones para sustentar el fracaso. Por el contrario, la actitud de creer que se puede, genera la fuerza, destreza y la energía que necesitamos para hacernos salir airosos. Cuando creemos que podemos hacerlo, el cómo hacerlo surge”. Cuando nuestra actitud es negativa nos volvemos incrédulos y pesimistas, y socavamos la creencia en nosotros mismos y en las otras personas.

Desarrollar una actitud positiva requiere enfoque e intencionalidad

No requiere esfuerzo alguno encontrar lo negativo. Dicen algunos estudiosos que el 75% de todos nuestros contactos con otras personas es una experiencia negativa. Pero desarrollar una actitud positiva exige un esfuerzo deliberado y continuo por ubicarnos en el lado esperanzador de la vida. La actitud positiva (ánimo, entusiasmo, esperanza) no es estática; es un proceso continuo y dinámico de orientación y focalización en el lado esperanzador de la vida.

Desde este punto de vista, la actitud positiva se convierte en un hábito: una forma de ser y estar en el mundo; y eso es un aprendizaje. En línea con esto dice el Dr. Martin Seligman: “El optimismo se aprende”. Tú puedes desarrollar una actitud positiva, pero requiere un esfuerzo de adaptación y flexibilidad al entorno y circunstancias de vida, manteniendo un estado de contentamiento (alegría, optimismo), independientemente de las circunstancias (favorables o desfavorables).

La actitud positiva: un mecanismo de adaptación

La actitud adecuada nos brinda adaptación y flexibilidad al entorno y circunstancias de la vida,  y nos ayuda a mantener un estado de contentamiento (alegría, optimismo, esperanza), independientemente de las circunstancias (favorables o desfavorables). Permite, además, desarrollar en medio de sus problemas y conflictos, la habilidad de ajustar ajustarnos a la medida de la situación que nos tocaba vivir. Ahora, esto no surge por el mero hecho de invocarla (no viene de manera automática), se requiere aprendizaje y disciplina para desarrollarla.

La actitud positiva demanda estar permanentemente en guardia contra los factores negativos, hasta que esto se convierta en un hábito. De tal manera que existe la necesidad de renovar constantemente nuestra actitud; de refrescar puntos de vista y de recuperar el enfoque positivo.

Para reflexionar:

  • ¿Con qué actitud comienzas cada día de tu vida?
  • ¿Cuál es tu postura ante los problemas y adversidades que enfrentas cada día?
  • ¿Cómo reacciona la gente a tu alrededor ante tu actitud?
  • ¿Qué crees que necesitas hacer para desarrollar una actitud positiva?

Nos gustaría que te integrarás a nuestra comunidad de aprendizaje a través de tus opiniones y sugerencias. Tú opinión cuenta para nosotros.

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Arnoldo Arana

Doctorado en Consejería de la Universidad Rhema en Jacksonville, Florida – USA. Maestría en Gerencia de Empresa y Lcdo. en Contaduría Pública. Coach certificado por la ICF. Psicoterapeuta. Escritor y conferencista en liderazgo, coaching y vida familiar.

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