Qué es la felicidad
La felicidad es esencial para darle sentido a la vida. La felicidad más que una emoción pasajera como la alegría, es un estado del ser. Por supuesto, la alegría conecta muy bien con la felicidad. Es un momento duradero de satisfacción, pero no permanente. Al respecto comenta el neurólogo Francisco Mora: “El cerebro humano no está diseñado para alcanzar la felicidad constante, sino para sobrevivir”.
Nuestra satisfacción con la vida está relacionada con nuestras expectativas, logros y autoestima. Cuando percibimos una distancia pequeña entre nuestros logros y nuestros deseos o expectativas, nos sentimos satisfechos y realizados. Cuando la distancia es muy grande, nos sentimos frustrados y fracasados. Tiene que ver consentirse bien y funcionar bien.
La felicidad es un estado emocional positivo de bienestar y realización que experimentamos cuando alcanzamos nuestras metas, deseos y propósitos. Se mide por la capacidad de la persona de dar soluciones a los variados aspectos que conforman su vida cotidiana.
La felicidad implica experimentar que la vida está funcionando, que podemos prosperar, en el contexto de las relaciones en que funcionamos.
Pasado, presente y futuro de la felicidad
Seligman estudia la felicidad en tres periodos de tiempo.
- En el pasado, de donde surgen alegría, satisfacción y serenidad. En este sentido, es importante estar en paz con el pasado, cerrar las situaciones abiertas que tenemos en el pasado, vale decir sanar el pasado.
- En el presente, en el que surgen los placeres corporales, que son momentáneos y requieren aprendizaje y educación. Para este fin es importante vivir en el aquí y en el ahora.
- En el futuro, que aplica a las emociones referidas al futuro entre las que están el optimismo, la esperanza y la fe. Es importante cultivar esas actitudes y evitar caer en expectativas catastróficas del futuro.
Factores que suman a la felicidad
Según la investigadora Sonja Lyubomirsky hay tres grupos de factores que influyen en experimentar la felicidad: (1) Determinantes biológicos (50%), (2) circunstancias (10%) y (3) actividades intencionales (40%).
Actividades intencionales (40%)
De estos tres grupos vale la pena destacar las actividades intencionales, pues sobre estás tenemos algún grado de control. Podemos procurar la felicidad a través de:
- Expresar gratitud.
- Cultivar emociones positivas.
- Hacer actividades filantrópicas.
- Cultivar el optimismo.
- Evitar pensar demasiado.
- Practicar la amabilidad.
- Cuidar las relaciones sociales.
- Desarrollar estrategias de afrontamiento.
- Aprender a perdonar.
- Fluir más.
- Saborear las alegrías de la vida.
- Comprometerse con sus objetivos.
- Practicar la espiritualidad.
- Ocuparse del cuerpo.
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