En el aprendizaje lo efectivo es lo afectivo

Arnoldo Arana

Doctorado en Consejería de la Universidad Rhema en Jacksonville, Florida – USA. Maestría en Gerencia de Empresa y Lcdo. en Contaduría Pública. Coach certificado por la ICF. Psicoterapeuta. Escritor y conferencista en liderazgo, coaching y vida familiar.
12 abril 2020

Lo afectivo es lo efectivo. (adagio griego)

“Hoy comenzamos a saber que nadie puede aprender nada, y menos de una manera abstracta, a menos que aque­llo que se vaya a aprender le motive, le diga algo, posea algún significado que encienda su curiosidad. Para aprender se requiere ese estímulo inicial que re­sulte interesante y nuevo. Y es, entonces, cuando se enciende la atención de un modo poderoso” (Francisco Mora). La atención debe ocurrir previo al proceso de aprendizaje. Con la emoción, se abren las ventanas de la atención, foco necesario para la creación de conocimiento.

“El cerebro sólo aprende si hay emoción”.

Para que el aprendizaje se produzca, debemos conquistar, entonces, el sistema límbico (cerebro emocional). De allí la importancia de enfocarse en aquello que representa nuestra vocación, sistema de valores, talentos dominantes, necesidades, tendencia de crecimiento alineada con nuestros sueños, metas y aspiraciones más sentidas, porque es el área donde nuestro cerebro cooperará para que se dé más fácilmente el aprendizaje.

El aprendizaje necesita ser significativo – emocionalmente conectado

Lo que abre la puerta a aprender es la emoción. Esta despierta en las personas, la curiosidad, el interés y por tanto el foco de la atención. La atención nace de algo que puede significar recompensa (placer) o castigo (peligro) y que por tanto tiene que ver, lo digo una vez más, con la supervivencia del individuo. Atendemos a aquello que nos interesa porque nos proporciona una recompensa positiva o porque nos evita una recompensa negativa. Aquello que no resulta significativo para nosotros, no suscita nuestra atención.

Para reflexionar:

  • ¿En qué áreas está invirtiendo mayormente su esfuerzo y tiempo para generar aprendizaje?
  • ¿Esas áreas están en congruencia con sus necesidades (la mayor fuente de motivación), valores, vocación o aspecto de la vida que posea especial significado?
  • ¿Se siente entusiasmado con las actividades, trabajo y emprendimientos que está realizando hoy en día? La respuesta a esta pregunta es un indicador que permite concienciar si en el día a día está aprendiendo.
  • ¿Su entorno actual es estimulante para generar y coadyuvar con sus procesos de aprendizaje?
  • Si no es así, ¿qué puede hacer para cambiar su entorno inmediato cercano, o que cambio en su actitud necesita hacer para impregnar lo que hace con la afectividad apropiada?

Serie: Aprendizaje transformador

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Arnoldo Arana

Doctorado en Consejería de la Universidad Rhema en Jacksonville, Florida – USA. Maestría en Gerencia de Empresa y Lcdo. en Contaduría Pública. Coach certificado por la ICF. Psicoterapeuta. Escritor y conferencista en liderazgo, coaching y vida familiar.

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