¿Qué significa la enfermedad?
Para algunas personas la enfermedad puede significar una tragedia, sobre todo si es sería o requiere desembolsos importantes de dinero para tratarla, o implica dedicarle mucho tiempo para reponer la salud; también la consideran una molestia – ¡qué fastidio!; para otros un mensajero inoportuno y no grato; pero para otros puede ser un aliado en su búsqueda de la congruencia y salud integral; una segunda oportunidad para encauzar la vida de forma diferente. Esto supone ver la enfermedad como una aliada, más que como un enemigo.
La enfermedad puede ser una fuente de confusión, incertidumbre, temor, ansiedad o angustia; o una oportunidad para la centración, la reflexión y el reenfoque en la vida. La enfermedad es un mensaje del cuerpo que nos alerta que estamos viviendo en conflicto: conflicto entre la psique y el cuerpo. Cuando nuestro cuerpo nos envía síntomas de una enfermedad, es que existe una ruptura en el organismo como sistema total. Dice Peggy Phoenix Dubro: “La enfermedad es la prueba de que mi ego está en guerra contra mi alma, y mi cuerpo es el campo de batalla”.
¿Qué es la enfermedad?
Sin negar la existencia de factores externos como virus y bacterias, condiciones ambientales desfavorables, alimentación inadecuada, factores genéticos y orgánicos, etc. que influyen en el desarrollo de la enfermedad; ésta, en buena medida, es expresión de procesos mentales y emocionales. Si bien no podemos atribuir todas las enfermedades a procesos psíquicos, éstos juegan un papel importante en su génesis y mantenimiento. “La medicina está empezando a considerar que el origen de la enfermedad no puede ser debatido sin tener en cuenta el modo de vida, la dieta, el entorno social, el medio ambiente, pero también – y quizás incluso en mayor medida – la conciencia y las emociones del paciente” (Marc Ian Barasch).
Paradigma médico: «medicina de enfermedad»
Cada vez más la medicina está ganada a la idea de reconocer la influencia que ejercen la mente y las emociones en el estado de salud o enfermedad de un individuo. Sin embargo, todavía hoy en día, este enfoque – en la práctica – no tiene una acogida muy extendida en el gremio médico.
Mucho del enfoque médico está orientado a ver la enfermedad desde el punto de vista meramente somático, sin considerar la relación mente – cuerpo. Este enfoque obedece a una visión dualista de la naturaleza humana, en la que mente y cuerpo se ven como dos realidades separadas y con baja interconexión.
Bajo este paradigma cuando la medicina (occidental) actúa para tratar las enfermedades, no busca eliminar la enfermedad si no los síntomas. Prefiere matar al mensajero (síntomas) antes que escucharlo. Ataca los síntomas cortando (cirugía), envenenando el cuerpo (drogas, quimioterapia), quemando el cuerpo (radioterapia), produciendo alivio temporal (masajes, fisioterapia, drenaje linfático), curando temporalmente a través de fármacos; pero eso no hace desaparecer el conflicto (fuente de la enfermedad). Yo llamaría este paradigma médico “medicina de enfermedad”.
Por otra parte, hemos aprendido a estudiar la naturaleza humana, basados en el estudio de las patologías y las disfuncionalidades, más que en el desarrollo de las fortalezas: crecimiento, salud, bienestar, resiliencia, plenitud o satisfacción. Hay toda una terminología y lenguaje de la enfermedad. La medicina tradicional toma ese enfoque de curar la disfuncional y lo patológico, más que el de promover la salud. La medicina ha construido todo un lenguaje asociado a las patologías y disfuncionalidades: lenguaje de la debilidad humana. Este es un enfoque remedial: curar lo que está enfermo.
Para reflexionar:
- ¿Cómo crees que puedes aplicar este conocimiento para enriquecer tu vida personal y mejorar tu salud?
Serie: El cuerpo: ¿Un mensajero enemigo o aliado? – Parte I
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